Idígoras preguntó:
-Ésta pregunta ya la hice, pero la repito. ¿Se te ha grabado en la memoria algún niño que asistiera a una de tus actuaciones?
Muchas. Las caras de los niños son muchas veces el mejor recuerdo de una actuación. Una vez subió un niño al escenario con un trocito de bocata y el magioneto Rebe se lo cogió y se lo comió de un bocado, la cara del niño al ver “desaparecer” el bocata fue increible y la risa también. En otra ocasión, un niño empezó a mantener una conversación con Rita (una de nuestras magionetas) y parecía tan natural que daba la sensación que se conocían de toda la vida, en esta ocasión las caras de sorpresa eran las nuestras. Otra vez le dijimos a una niñita que era muy guapa y que Banano le quería dar un beso, Banano se lo lanzó y la niña empezó a ponerse colorada colorada…esas caras estan siempre en nuestra retina.
-Imagina que eres Gepetto y se te aparece el hada esa tan cursi ofreciéndote dotar de vida a una marioneta nueva que tienes que inventar. ¿Cómo sería?
Sería de madera de cepa y se llamaría Cepito (para seguir en la línea de Pinocho que era de madera de pino). Tendría las orejas grandes para poder escuchar bien, sería sobre todo una marioneta “escuchadora” más que parlante. Cuando la viera la gente no se reirían de ella por tener las orejas grandes, sino que les entraría las ganas de hablar con ella, y Cepito les escucharía moviendo sus orejas. En el momento que sus orejas dejasen de moverse, la gente daría con la solución a cualquier problema que le estuviesen contando. Pero no sólo escucharía personas, sino también animales y cosas. Me llevaría de viaje a escuchar el mar, animales salvajes corriendo por la sabana, el silencio con goteo en una cueva oscura…
-¿Cómo es el proceso del guión? ¿Escribes a lo loco en un papel? ¿llevas una libreta a todos lados? ¿Os contáis disparates Rebe y tú? ¿Te chiva Juan Riquelme -en efecto, es grande Juan-?
Una de las técnicas que usamos es el de la furgoneta. Cuando vamos o venimos de una actuación, empiezan a surgir cosas, ideas que nos llevan a otras ideas. Hay veces que empezamos a llorar de la risa e incluso tenemos que parar la furgoneta para no tener un accidente. Esas ideas las anotamos en cualquier papel que pillamos (un clínex, un pañal del niño…) y luego las llevamos al local de ensayo y las presentamos al equipo de trabajo. Hay veces que la idea da un giro de 360 grados, otras la idea no vale para magia, pero vale el rato de risas que nos hemos pasado (y eso no tiene precio). Luego se pasa todo a papel y se ensaya, donde también vuelven a surgir nuevos diálogos o gags, con lo cual parece la historia interminable…pero que gustito. Después llega el día del estreno en público, y son ellos con sus reacciones los que nos dicen si hay que cambiar algo o no ( por lo menos hay que probarlo dos veces). Por lo general, nosotros somos como niños, así que si nos gusta a nosotros a ellos también. Juan Riquelme también es como un niño, y está comprobado que cualquier cosa que le gusta a él, le gusta también a los niños, él es un niño grande (si tiene tiempo le encargaremos un guión que trate del mar y de piratas...y tiene que haber también un loro).
-¿Qué quereis cenar cuando vengáis al Jaje?
Lo que más nos gusta es chuletón de mamut a la plancha, pero se te es difícil de encontrar, entrecot de brontosaurio pero eso sí, vuelta y vuelta que para eso somos del norte. El postre lo eliges tú.
-¿No has sentido nunca celos de alguna marioneta, por robarte el protagonismo?
La verdad es que no porque entre todos nos sentimos un equipo, pero es gracioso que lo preguntes porque una vez nos pasó al revés. Una magioneta tuvo celos porque había otra que salía más que ella. Pues bien, el día de la función se negó a hablar y…tuvimos que hacerle nosotros la voz. Luego se le pasó y desde entonces, ella hace nuestras voces y nosotros la suya.
-Tengo un libro sobre marionetas y a un titiritero le preguntan cuál es su ambición. El responde "Ser comprendido". ¿Qué ambicionas tú ?
Yo creo que no dejar nunca de ser un magioneto.
Bueno, por ahora eso es todo, pero te dejo un pensamiento de Bernard Shaw:
"El títere, con su fija expresión, con su actitud extraterrena, obra sobre la imaginación como las grandes figuras de los emplomados ventanales de la Catedral de Chartres que ni cambian de expresión ni se mueven, y, sin embargo, son mucho más vivientes que la gente natural que desde abajo los mira".
Qué cita más bonita y cuanta verdad contiene.
Hay otra de Bernard Shaw que también me gusta y es: "La humanidad se cansa pronto de todo, sobre todo de lo que más disfruta."
Un abrazo.