Malabares, globología, ...

#12 por El Gran Pantuni
31 May 2002, 22:55
;) En el antiguo foro de la Dama publique un precioso cuento que encontre en internet. Si hay interesados en el tema lo puedo volver a insertar en este foro.
A mi me gustaria que aquellos que contais cuentos en vuestras actuaciones que compartan alguno con nosotros.
Cuentistas que no se diga......

#76 por Jugger
14 Jun 2002, 20:52
A mí me gustaría que lo metieses, o que me lo mandases por mail, si es que no lo puedes introducir.
La magia que más me gusta es la magia infantil, así que me vendría genial. Si además explicas cómo meter magia a la vez que lo vas contando, mejor que mejor. :p
Salu2. Nacho.

#77 por El Gran Pantuni
14 Jun 2002, 22:31
Jugger, aqui transcribo el mensaje del otro foro, creo que te gustara aunque no es lo que piensas, como veras este es un cuento de adultos no de niños y la magia la tiene metida en las palabras, si le sabes dar sentimiento y la cadencia adecuada.

Aqui tienes el mensaje ;) :

En varias ocasiones he experimentado desde ambos lados del espejo, la magia que provoca la palabra a veces de mano de un cuento.
A veces han sido magos/as, a veces no, pero son muchas las ocasiones en la que me han puesto los vellos de punta al escuchar historias, contadas con sentimiento, y esto puede llegar a ser y es de hecho magia.
Hace mas o menos un año, desde el desierto de Arabia Saudita encontré en el laberinto de Internet esta historia que tiene algo que ver con la llegada del nuevo año y que se me antoja que puede ser un bonito regalo para aquellos de ustedes que no la conozcan y sobre todo para aquellos cuenta cuentos que la quieran regalar con el sentimiento y respeto que merece esta ensalada de palabras.

Diciembre 2001, Carlos Hampton

El brindis del bohemio (autor desconocido por mí)

En torno a una mesa de cantina, una noche de invierno regocijadamente departían seis alegres amigos. Los ecos de sus risas se escapaban y de aquel barrio quieto, iban a interrumpir el imponente y profundo silencio de la noche.

El humo del tabaco se elevaba al cielo en espirales simbolizando al revolverse en nada la vida de los sueños.
Pero en todos los labios había risas, inspiración en todos los cerebros y repartidas en la mesa copas llenas de ron, güisqui y coñac.

Era curioso ver a aquel conjunto, de aquel grupo bohemio, del que brotaba la palabra chusca, la que vierte veneno, lo mismo que melosa y delicada, la música de un verso.
Con cada nuevo comentario, las penas hallaban se mas lejos del grupo y nueva inspiración llegaba a todos los cerebros, con el idilio roto que venia en alas del recuerdo.

Se me olvidaba decir que aquella noche aquel grupo de amigos celebraba entre risas, comentarios, chascarrillos y versos, la agonía de un año, que amarguras dejó en todos los pechos, y la llegada, consecuencia lógica, del feliz año nuevo...

Una voz varonil dijo de pronto: ¡Las doce compañeros! Digamos un réquiem por el año que ha pasado a formar parte entre los muertos ¡Brindemos por el año que comienza! Porque nos traiga ensueños; porque no sea su equipaje un cúmulo de amargos desconsuelos.

Brindo, dijo otra vez, por la esperanza, que a la vida nos lanza, de vencer rigores del destino, por la esperanza; nuestra dulce amiga, que las penas amigas, que las penas mitiga y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiese a mi existencia puesto fin con violencia, dibujando en mi frente mi venganza; si en mi cielo de tu limpio y divino no alumbrara mi sino una pálida estrella; mi esperanza.

¡Bravo! Dijeron todos. “Inspirado esta noche has estado, hablaste breve, bien y sustancioso. El turno es de Raúl, alce su copa y brinde... por Europa. Ya que su extranjerismo es delicioso. Bebo y brindo, clamó el interpelado, brindo por mi pasado que fue de luz, de amor y de alegría, y en el que hubo mujeres seductoras y frentes soñadoras que se juntaron con la frente mía.

Brindo por el ayer, que en la amargura que hoy cubre de negrura mi corazón, esparce sus consuelos trayendo hasta mi mente las dulzuras, de goce, de ternuras, de dichas, de delirios, de desvelos...

Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente brote un torrente de inspiración divina, seductora, porque vibre en las cuerdas de mi lira el verso que suspira, que sonríe, que canta y que enamora.
Brindo, porque mis besos, como saetas, lleguen hasta las grutas formadas de metal y de granito: del corazón de la mujer ingrata que a desdenes me mata... ¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Por que a su corazón llegue mi canto, porque enjuguen mi llanto sus manos que me causan embelesos, porque con creces mi pasión me pague... ¡vamos! Que me embriague con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas, de aquellas tan humanas que hallan en todas partes acomodo, y en cada frase de entusiasmo ardiente hubo ovación creciente, libiaciones, reír y de todo.

Se brindó por la Patria, por las flores, por los castos amores que hacen un valladar de una ventana, y por esas pasiones voluptuosas que el fango del placer llena de rosas y hacen de la mujer la cortesana.

Solo faltaba un brindis, el de Arturo, el del bohemio puro, de noble corazón y gran cabeza; aquel que sin ambages declaraba que solo ambicionaba robarle inspiración a la tristeza.
Por todos estrechado, alzó la copa frente a la alegre tropa desbordante de risa y contento. Los inundó en la luz de su mirada, sacudió su melena alborotada, y dijo así, con inspirado y acento:

Brindo por la mujer, mas no por esa en la que halláis consuelo en la tristeza, rescoldo del placer, ¡desventurados! No por esa que os brinda sus hechizos, cuando besáis sus rizos artificiosamente perfumados.

Yo no brindo por ella, compañeros, siento por esta vez no complaceros. Brindo por la mujer, pero por una, por una sola. Por la que me brindó sus embelesos y me envolvió en sus besos; por la mujer que me arrulló en la cuna.

Por la mujer que me enseñó de niño, lo que vale el cariño exquisito, profundo y verdadero, por la mujer que me arrulló en sus brazos y me dio en pedazos, uno por uno, el corazón entero.

¡POR MI MADRE, bohemios! Por la anciana que piensa en la mañana como en algo muy dulce y muy deseado, porque sueña tal vez, que mi destino me señale el camino, por el que volveré pronto a su lado.

Por la anciana adorada y bendecida por la que la sangre me dio la vida, ternura y cariño; por la que fue luz del alma mía y lloró de alegría, sintiendo mi cabeza en su corpiño.

Por esa brindo yo, dejad que llore y en lagrimas desflore esta pena letal que me asesina; dejad que brinde por mi madre ausente, por la que llora, por la que siente que mi ausencia es un fuego que calcina.

Por la anciana infeliz que gime y llora y que del cielo implora, que vuelva yo muy pronto a estar con ella; por mi Madre bohemios, que es dulzura vertida en mi amargura y esta noche de mi vida, estrella...

El Bohemio se calló; ningún acento profanó el sentimiento nacido del dolor y la ternura. Y pareció que sobre aquel ambiente flotaba inmensamente un poema de amor y de amargura.

#63700 por piter
02 Sep 2006, 19:16
Carlos estaria bien tener acceso a cuentos e historias nos pueden servir para la presentacion de nuestros efectos

te animo a que nos ilustres

#68164 por Mago Moren
06 Nov 2006, 21:53
Un cuento precioso Carlos. Si señor... :D Me ha gustado :P ..
Si todos fueran igual :lol:

Saludos :wink:

#68253 por SARBATXO
07 Nov 2006, 19:29
Hace poco mi amigo Fabian, (Ian del sur en el foro), me recito un poema precioso sobre un mago que creia en la magia, realmente precioso. Si es todavia esta por ahi y lee esto me encantaria que nos hiciese participar a todos de esta.

Por otro lado tambien he leido una poesia preciosa de mi otro amig Rider, sobre Fred Kaps.

Y la tuya Carlos, tambien me atrevo a llamarte amigo, me ha encantado.

:wink:

#81511 por El Duque
22 May 2007, 10:45

#81515 por Ignoto
22 May 2007, 11:45

#81592 por nadur
24 May 2007, 00:06
Sarbatxo, por lo que dices acerca de un mago que creia verdaderamente en la magia, probablemente te refieres a este hermoso poetico del grandioso Alejandro Dolina :

El mago Rizzuto no conocía ningún truco. Su número era bien sencillo: golpeaba su galera con una varital azul y luego esperaba que apareciera una paloma.

Naturalmente, la total ausencia de dobles fondos, de mangas hospitalarias y de juegos de manos conducía siempre al mismo resultado desalentador. La paloma no aparecía.

Rizzuto solía presentarse en teatros humildes y en festivales de barrio, de donde casi siempre lo echaban a patadas.

La verdad es que el hombre creía en la magia, en la verdadera magia, y en cada actuación, en cada golpe de su varita azul estaba la fervorosa esperanza de un milagro. El no se contentaba con las técnicas del engaño. Quería que su paloma apareciera redondamente.

Una noche se presentó en el club Fénix, y ya otros magos lo habían precedido.

Cuando le llegó el turno, dio su clásico golpe con la varita azul. Y desde el fondo de la galera salió una paloma, una paloma blanca que voló hacia una ventana y se perdió en la noche.

Apenas si lo aplaudieron.

Las muchedumbres prefieren un arte hecho de trampas aparatosas a los milagros puros.

Rizzuto no volvió a los escenarios. Tal vez siga haciendo aparecer palomas en forma particular.

#103729 por gonzaloceuta
17 Jul 2008, 15:08
#103730 por Gustavo
17 Jul 2008, 15:34
Estos cuentos de mi propia cosecha fueron publicados hace años en la revista de la escuela Mágica de Madrid


LA VERDADERA HISTORIA DE
CARLOS CORPUS CRISTY
MANIPULADOR

por Gustavo Otero
Carlos Corpus Cristy nació en Southampton Nueva Inglaterra en 1880. Hijo de padres separados por la guerra.
Tuvo una infancia feliz viviendo con su abuela, una antigua prostituta de los muelles.
Criado entre rameras y marineros se aficionó a la magia gracias a un viejo oficial de la Royal Navy, Lord Hamping Chen, que le hacia manipular sus bolas durante horas cuando visitaba a su abuela.
Fueron estas antiguas y marfiladas bolas de billar que Lord Hamping Chen había encontrado en la bodega de un viejo carguero de su majestad la reina Victoria, las que convirtieron sus dedos en los más veloces del Reino Unido.
Los comentarios de sus sucesivas novias dieron fe de tal proeza.
Pero la verdad de la historia que nos interesa no es la típica de cualquier iniciado en magia o manipulación, sino los problemas que ésta le causó.
Corría el año 1920 cuando luego de una gira triunfal por toda Europa notó que sus manos se le estaban haciendo más pequeñas. Esto le llama un poco la atención pero no le dio demasiada importancia, pensó, -" Debo estar muy cansado"-.
Lo curioso fue cuando por la mañana al colocarse los guantes para protegerse del duro frío invernal, parecían ser dos tallas superiores a las que él usaba.
Ese mismo día fue a visitar a su médico, de la Mutual de Prestidigitadores, Encantadores de Serpientes y Afines para contarle su caso. Tuvo que esperar tres cuartos de hora, los cuales se le hicieron tres siglos.
Cuando el doctor Shutle Pass lo hizo pasar, un frío tremendo recorrió su espalda, hacia años que no iba al médico.
- Desvístase -, le ordenó el Dr. Shutle.
- Perdone Doctor pero mi problema está en las manos, tengo las manos pequeñas -.
- Ja -, rió el doctor. - Eso lo dicen todos los magos, je, je, pero mírelo a Max Malini -.
- No doctor lo mío es más serio, a mi se me están achicando, pronto no podré manipular ni canicas -.
- Veamos esas manos, desde cuando tiene esos síntomas -. - Desde ayer por la noche -.
- Esto habrá que controlarlo -, dijo el Doctor extrañado. - Es la primera vez que me encuentro con un caso parecido -.
- A partir de mañana se va a medir las manos todos los días, tomará este tranquilizante cada ocho horas y vendrá a visitarme la semana que viene para ver como evoluciona -.
Carlos Corpus Cristy no pudo ensayar su número como acostumbraba todos los días.
Los nervios y el miedo hacían que las bolas rodaran constantemente por el suelo. El vecino de abajo subía a cada rato para quejarse de los ruidos molestos.
Corpus Cristy pasó la noche con fiebre y pesadillas, por la mañana, se levantó a orinar medio dormido aún y notó que le costaba trabajo desabrochar los botones de la bragueta de su pijama.
Sus gritos de espanto se escucharon en toda Nueva Inglaterra.
La imagen obscena de su miembro cogido por manos como las de un niño de dos años lo horrorizaron hasta hacerle perder el sentido.
Dos días después despertó en el hospital de Southampton, la criada lo había encontrado por la mañana cuando comenzaba la limpieza.
- ¿Adónde estoy? -. Preguntó.
- Descanse Mr. Corpus Cristy, el doctor se encargará de todo -.
Corpus Cristy miró sus manos y las vio normales, una vibración de alegría le corrió por todo el cuerpo, volvía a ser el de antes.
Pero, la alegría le duró poco, todo su cuerpo había empequeñecido, solo medía 30 centímetros, un grito desgarrador retumbó en todo el hospital.
Dicen las crónicas de la época que Carlos Corpus Cristy abandonó el hospital tres meses después sin ninguna mejoría, y que nunca más volvió a pisar un escenario, pero las crónicas se equivocaban, luego de muchos meses de sufrimiento Carlos Corpus Cristy volvió a estar delante de las candilejas.
El cuerpo de latón de uno de los autómatas de un antiguo relojero ahora convertido en mago sirvió para ese fin.
Ahí se pierde la pista de Corpus Cristy.
Hasta que en el año 1965 Pablo Neruda compró un pequeño autómata deteriorado que hacia el juego de los cubiletes sobre una mesilla, en un rastrillo de Polonia.
Esta pieza compartiría un lugar importante entre su colección de juguetes mapas y mascarones de proa de la isla Negra.
Y es en esa isla donde Pablo Neruda intentando reparar este juguete encontró un pequeño esqueleto dentro de la figura del autómata.
Este autómata se encuentra actualmente en la Fundación Pablo Neruda, del esqueleto sabemos que está enterrado en algún lugar olvidado de la Isla Negra.
En nuestras Américas hay hallazgos; en islas deshabitadas o selvas irascibles, bajo la tierra, de pronto se encuentran estatuas de oro, pinturas sobre la piedra, collares de turquesa, cabezas inmensas, vestigios de innumerables seres desconocidos a quienes hay que descubrir y nombrar para que respondan desde su silencio secular
Pablo Neruda
Última edición por Gustavo el 17 Jul 2008, 15:40, editado 1 vez en total

#103731 por Gustavo
17 Jul 2008, 15:36
Aquí otro dedicado a GeaCAFE
Por Gustavo Otero

Un café, el café Gijon quizás, olor a café, como en todos los cafés.
Es invierno, quizás..., un café en Praga.
Kafka en un rincón corrigiendo un cuento, afuera nieva, la puerta se abre, una muchacha alegre de Touluse mira al que entra, en el café hay bohemios, pobres, mujeres de vida y escritores, ahora también un mago.
El mago se saca su abrigo negro, lo cuelga en un asta de ciervo, al mago lo espera un sillón de terciopelo algo raído pero reconfortante, se sienta.
Un camarero lo mira, esta acostumbrado a que los pobres se refugien del frío, el también es pobre, se acerca al mago y le lleva un café muy caliente, el mago coge el vaso y lo aprieta entre sus manos, por su pelo negro ensortijado cae una gota de la nieve ya derretida, el mago mira al camarero y no tiene que hacer ningún gesto para que este entienda de su agradecimiento.
La chica de vida fácil sigue mirando al mago, este saca una moneda del bolsillo, caracolea sobre sus dedos, desaparece, aparece, cambia de color traspasa la mesa y aparece en el escote de ella, se sorprende, llama al camarero pide un café con cognac, paga con la moneda y revive.
Kafka mira la escena, toma una hoja y comienza otra historia, el mago termina su café, se levanta se coloca su abrigo y se dirige a la puerta. Desde el fondo Kafka mira al mago que devuelve su mirada. Kafka mete la mano en el bolsillo saca su ultima moneda y se la arroja al mago, este la toma entre sus dedos, la hace caracolear y desaparece.
El mago sale del café, el frío le golpea en la cara entrecierra los ojos y se pierde por las calles de Praga... o de Madrid. Dedicado a Gea
GUSTAVO OTERO
Última edición por Gustavo el 17 Jul 2008, 15:44, editado 1 vez en total
#103732 por Gustavo
17 Jul 2008, 15:38
Maurice La Pietra
Por Gustavo Otero

DEDICADO IN MEMORIAN A ARTURO DE ASCANIO

Maurice La Pietra de profesión mentalista nació en Touluse Francia, sus amigos le llamaban Ricard, no se sabe muy bien porque, quizás fuera por su afición al licor del mismo nombre, o a su manía por las señoritas de gordos senos. Ustedes se preguntarán, que tiene que ver con esto el nombre Ricard pues también yo me lo pregunto.
Pero el problema de Maurice o Ricard como prefieran, aparte del precio del alquiler que pagaba a su casero por una buardilla en Monpasant era el de predecir su futuro diariamente.
Muchos de ustedes pensaran que este era un gran beneficio para Ricard, (yo prefiero llamarlo así), pero no lo es tanto señores, pues solo podía predecir el futuro con solo dos minutos y cuarenta segundos de anterioridad a que pasaran los hechos, y lo que es peor, sin poder cambiar el destino.
Predecía que se iba a cortar con la navaja mientras se afeitaba y sufría durante dos minutos cuarenta hasta que se cortaba, eran los dos minutos cuarenta más largos del mundo.
A veces el hecho no tenia importancia como cuando se le quemaba la salsa Bessamel, pero cuando veía a un niño andando a punto de ser arrollado por un carro de heno de dos toneladas, la cosa se ponía muy dura.
Ricard tenia la profesión de mentalista, variedad conocida de espectáculo de teatro, pero lo curioso es que no utilizaba su poder en sus actuaciones, se jactaba, al revés de muchos colegas de no tener poderes, y como sus colegas, el también mentía.
Se las ingeniaba para conocer una carta que daba a elegir, con los métodos de los prestidigitadores, vendas que permiten la visión, manipulaciones varias, y trucos mil, trabajo inútil que se tomaba alguien que en dos minutos cuarenta conocería cualquier carta u objeto sin ningún esfuerzo, solo con el poder de su mente.
Pero él era un mentalista ético, solo hacia trampas, ni siquiera quería usar aparatos trucados, renunciaba a las cartas marcadas, y ni que decir de los compinches.
Su número favorito, la bala atrapada entre los dientes, le había dado cierta notoriedad entre el público parisién.
Era un artista de una profesión que amaba y que tantos chapuceros utilizaban para engañar a la pobre gente con problemas.
Solo una vez utilizó de sus poderes en un acto de magia, fue en una actuación en el Hall Egipcio, su ultima actuación, la que le dio fama mundial.
Pero no vamos a precipitarnos con la historia.
Ricard comenzó aquella función adivinando los nombres de varias señoritas asistentes a medida que entraban a la sala, siguió con una adivinación de distintos objetos del público que fue muy celebrado por el mismo, luego pasó a mover objetos con la mente, rompió copas con solo acercar sus manos e hizo levitar cartas, congeló líquidos con la mirada y fundió metales con su aliento.
El intermedio sirvió para que ante la sorpresa del publico presente acudiera a la sala, el Duque de Edimburgo en París.
Un París que estaba convulsionado por la protesta de los agricultores franceses por el aumento de las tasas al centeno.
Los Duques eran muy queridos en Francia y habían prometido solucionar el problema tributario. Pero esa noche el Duque estaba ante su afición favorita, los juegos de manos.
Al enterarse Ricard en su camerino de la presencia de semejante personalidad, no pudo dejar de pensar en los próximos dos minutos cuarenta, pero se veía a si mismo en el escenario saludando al publico y pidiendo un aplauso en honor de sus excelencias, lo que lo tranquilizó bastante.
Todo fue saliendo como lo predecía, siguió con otros juegos que preparaban el ambiente para el efecto final.
Sus ayudantes trajeron las pistolas con las que realizaría su ultima ilusión la bala atrapada en la boca, famoso y peligroso juego en que un espectador dispara una bala marcada a la cara del mago y este la atrapa con la boca. Ricard mismo dio a examinar el arma al Duque de Edimburgo que comprobó con agrado la calidad de las pistolas, dos armas de duelo de "avant carga" del siglo XVII con cachas de marfil, el Duque cargo el arma tarea que realizó con habilidad pues era también aficionado a la caza y entrego la misma al ilusionista.
En el momento de tomarlas por la cabeza de Ricard pasaron los próximos e inexorables dos minutos cuarenta.
Inexorables, si nada podía cambiarse, lo veía muy claro, del patio de butacas se ponía de pie un joven de cabello negro que de entre sus ropas sacaba una pistola y disparaba a la cabeza del Duque de Edimburgo, que estallaba ante la mirada atónita del público presente y de si mismo.
Ricard miró hacia la butaca del joven que miraba al duque sin que nadie esperara lo que en segundos iba a suceder.
Nadie se dio cuenta que el joven de cabellos renegridos sacaba una pistola y apuntaba a la cabeza del Duque, todos miraban a Ricard, cuestiones de misdirection.
Un fogonazo y un estampido posterior dejaron atónitos a todos los presentes, menos a Ricard que se lanzó hacia la bala a la que atrapo con la boca.
La bala destrozó sus dientes, su cerebro y salió por el occipital clavándose en una cornisa del palco.
Esta fue la ultima actuación de Maurice La Pietra, para nosotros Ricard, que fue conocido por atrapar balas con la boca y nunca por sus poderes adivinatorios verdaderos.
Cuenta la historia que las tasas del centeno no subieron, que el joven de cabellos renegridos llamado Joseph Stalin seria mas tarde muy conocido y que de Ricard queda la anécdota y una copla popular que dice:

Era mago y mentalista,
un pequeño gnomo,
conocido por artista
y por cenar plomo.

#103733 por Gustavo
17 Jul 2008, 15:42
ALGO MAS QUE UN MAGO
Por Gustavo Otero

Muchas veces he sentido en mi interior la sensación de haber vivido otras vidas.
Quizás otras personas tengan la seguridad de haberlo hecho, pero yo tengo algo mas, tengo los conocimientos adquiridos a través de milenios por mis otras vidas.
Estos recuerdos a veces me alejan de mis contemporáneos, pues ellos no comprenden que la magia sea algo más que hacer juegos de manos.
La magia es algo más, una manera de vivir, de amar, de comunicarse, de volver a sentir los misterios de la caverna.
Por eso puedo decir que he vivido en el antiguo Egipto. Encarnando a Anubis, impartiendo una magia verdadera, muchos han seguido mis enseñanzas, desde los esclavos a los Faraones.
También, en la corte del Rey Arturo brille como su consejero y protector buscando la piedra filosofal.
Muchas historias encarné, desde el ultimo juglar al primero de los magos.
Dentro de Pinetti, actúe en los mejores palacios deslumbrando con mis efectos a Reinas y Marqueses.
Construí autómatas con mis manos, en las manos de Robert Houdin y recorrí el mundo en su carromato.
Todavía hoy recuerdo como me divertía encadenado en el cuerpo de aquel joven polaco, para convertirlo en lo que fue el gran Houdini.
Y hoy aquí, año 1955 en Buenos Aires camino por la Avenida de Mayo rumbo a mi estudio de la calle Libertad, todo esta convulsionado humo por doquier, la gente corre asustada se escuchan explosiones y gritos de dolor.
La Revolución Libertadora ha derribado al gobierno de Perón, y ha bombardeado la plaza de Mayo.
Yo camino tranquilo, nada puede pasarme, el dolor de la gente ante mi sola presencia desaparece.
Un policía se me acerca. - Documentos por favor y rapidito que el horno no esta para bollos -.
Mi mano se dirige hacia la cartera, la saco, una inmensa llamarada sale de su interior, el policía retrocede asustado y levanta su porra para golpearme, la misma se convierte en un ramo de flores hechas con plumas de colores, sus ojos se salen de las órbitas.
Saco de mi cartera una carta, el as de corazones, la lanzo al aire, ella describe unos círculos y vuelve a mi mano, se la doy, en ella se lee mi nombre David Bamberg.

Autor: Gustavo Otero

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