Mi madre ha fallecido.
Os pido por caridad, como un pobrecito que pide a la puerta de una iglesia, que recéis las oraciones de abajo por su alma a la Virgen del Carmen y a La Divina Misericordia (el que quiera ayudarme, e incluso da igual si no es creyente, es más, mucho mejor porque tiene más mérito). Doy gracias al Señor por habérsela llevado repentinamente, por haberla creado y darle el Cielo -como espero-, por haberle concedido que yo le asistiera y ayudara todos estos años y por darnos fuerzas a la familia para llevar por ella, valientes y erguidos, esta Santa Cruz por la calle de la Amargura. Benditos seais, Padre Eterno y Virgen Santísima. ¡Gloria a la Trinidad Beatísima por los siglos de los siglos, Amén! ¡Gracias, gracias, gracias!
Padre Nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu Voluntad
en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal. AMEN.
Dios te salve María,
llena eres de Gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra Muerte. AMEN.
Gloria al Padre,
Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo,
como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.AMÉN.
Os pido por caridad, como un pobrecito que pide a la puerta de una iglesia, que recéis las oraciones de abajo por su alma a la Virgen del Carmen y a La Divina Misericordia (el que quiera ayudarme, e incluso da igual si no es creyente, es más, mucho mejor porque tiene más mérito). Doy gracias al Señor por habérsela llevado repentinamente, por haberla creado y darle el Cielo -como espero-, por haberle concedido que yo le asistiera y ayudara todos estos años y por darnos fuerzas a la familia para llevar por ella, valientes y erguidos, esta Santa Cruz por la calle de la Amargura. Benditos seais, Padre Eterno y Virgen Santísima. ¡Gloria a la Trinidad Beatísima por los siglos de los siglos, Amén! ¡Gracias, gracias, gracias!
Padre Nuestro, que estás en el Cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu Voluntad
en la Tierra como en el Cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal. AMEN.
Dios te salve María,
llena eres de Gracia,
el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora de nuestra Muerte. AMEN.
Gloria al Padre,
Gloria al Hijo,
Gloria al Espíritu Santo,
como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.AMÉN.