Este es un método muy fácil de entender. Imaginemos que uno es un mago que sabe realizar técnicas, es más, que le gustan. Sin embargo, cuando actúa en público, los nervios son una barrera que le impiden poder calcar el juego de como lo ha pensado y ensayado, no sólo a nivel técnico sino a nivel de presentación, porque no consigue darle la gracia que había pensado ya que está TENSO, en alerta, y no es él. No me estoy refiriendo a alguien que le tiemblen las manos, tartamudee y sude (que también) sino a un grado de nervios muchísimo menor, que incluso la gente no lo note, pero que haga que el juego no salga exactamente como estaba previsto y que el mago no esté cómodo, porque está sufriendo.
El método de la escalera cóncava significa renunciar de momento a presentar los juegos que no sean totalmente automáticos (sin perjuicio de ir ensayando y aprendiendo técnicas dificilísimas en casa). Esto es un sacrificio, porque cuando usamos una técnica y no nos la pillan experimentamos un placer vanidoso, y es difícil aceptar el "mono" que nos va a causar dejarlo.
Una vez que notáramos que en las últimas actuaciones estamos ya muy tranquilos y sueltos (porque hemos acumulado autoconfianza) pasamos a juegos con un poquitín de técnica. Cuando estemos tranquilos con esta nueva fase, aumentamos un poquitín más, y en las fases posteriores ya podemos ir añadiendo técnica a un mayor ritmo.
Esta ascensión es como una escalera que no sea recta, sino cóncava, en forma de curva que va aumentando su pendiente, donde al principio sube poco y a medida que se avanza se va empinando más y se puede subir cada vez más rápido.
El practicante de este método tiene que tener bastante sabiduría, porque es fácil caer en la tentación de no querer subir los primeros escalones, o subirlos de tres en tres o de seis y en seis, y no es así, porque nos encontraremos que al llegar de nuevo al escalon 39, nos aparecerán de nuevo los nervios o la falta de soltura, por arte de magia.
Si una vez recorrida la escalera, en alguna actuación posterior nos volvieran a salir, hemos de regresar a la base, a unos días de juegos superautomáticos, a fin de que la mente recuerde cómo estaba de confiada en aquella primera fase y recupere el hábito, y entonces ya se pueden saltar los escalones de tres en tres hasta llegar adonde estábamos.
Es una opción como otras para solucionar el problema. Y por supuesto, si titubeamos porque no el juego no está bien ensayado, ésa será también una fuente importante de preocupación, nervios y rigidez, tienes toda la razón, Tiago.
