Algo ya se ha comentado sobre Richard “Dick” Himber en los mensajes sobre Orson Welles, pero me parecio mas interesante despegar a este personaje de Welles dada la personalidad controvertida y actitudes de este verdadero “personaje” de la magia y de la musica.
A los 15 años, tomo su violin (se lo consideraba un prodigio tocando este instrumento) y se fue a New York, pasando enseguida a formar parte de una banda, en la cual por su corta edad y su habilidad causaba sensacion. Pocos años antes habia ya comenzado con la magia.
Su mente prolifica creo muchos juegos, sus ideas se convertian en piezas unicas de magia. Los que conocen del tema, estiman que produjo mas de 200 juegos, la mayoria de los cuales eran de produccion limitada, y dado que eran fabricados por maestros expertos en mecanizado u otras especialidades, sus creaciones se han convertido en piezas muy codiciadas por los coleccionistas, por los cuales han llegado a pagarse cientos o miles de dolares. El mismo escribia los avisos que aparecian en las revistas, y normalmente como un sello particular, en las propagandas siempre aparecia una foto suya mostrando el juego en cuestion, con ya sea una linda mujer, o una celebridad de la epoca.
La idea de su famoso Himber ring, la tomo cuando observo un anillo especial que se abria mediante una especie de bisagra para poder ser usado por personas con artritis en las manos, con ese concepto en mente adapto el anillo y lo convirtio en la “llave”.
Eran muy famosos sus chistes pesados y sus excentricidades dentro del ambiente artistico. Uno de sus chistes favoritos era el disparo de la manteca, un pase (aunque no magico), quizas mejor podria definirse como un acto de malabarismo, que tenia lugar en el Restaurant Lindy de New York. Durante la cena, Dick espiaba disimuladamente a algun comensal “victima” que tuviera mas o menos cerca de su mesa, colocaba un pedacito de manteca en la punta de un cuchillo y con un golpe seco la arrojaba con una punteria casi mortifera, quedando la misma adherida sobre el techo directamente encima del comensal usado como blanco, y parece que Himber nunca fallaba. Despues de unos minutos, la manteca comenzaba a ablandarse, a derretirse y a gotear desde arriba, la victima levantaba su vista para ver que estaba pasando, y el pedazo de manteca terminaba cayendo con un sonoro “plop” sobre la persona o sobre la mesa. Era usual tambien que colocara algunos trozos de papel flash en ceniceros de mesas vecinas. Hoy lo definiriamos como un flor de cabronazo.
Saludos cordiales
A los 15 años, tomo su violin (se lo consideraba un prodigio tocando este instrumento) y se fue a New York, pasando enseguida a formar parte de una banda, en la cual por su corta edad y su habilidad causaba sensacion. Pocos años antes habia ya comenzado con la magia.
Su mente prolifica creo muchos juegos, sus ideas se convertian en piezas unicas de magia. Los que conocen del tema, estiman que produjo mas de 200 juegos, la mayoria de los cuales eran de produccion limitada, y dado que eran fabricados por maestros expertos en mecanizado u otras especialidades, sus creaciones se han convertido en piezas muy codiciadas por los coleccionistas, por los cuales han llegado a pagarse cientos o miles de dolares. El mismo escribia los avisos que aparecian en las revistas, y normalmente como un sello particular, en las propagandas siempre aparecia una foto suya mostrando el juego en cuestion, con ya sea una linda mujer, o una celebridad de la epoca.
La idea de su famoso Himber ring, la tomo cuando observo un anillo especial que se abria mediante una especie de bisagra para poder ser usado por personas con artritis en las manos, con ese concepto en mente adapto el anillo y lo convirtio en la “llave”.
Eran muy famosos sus chistes pesados y sus excentricidades dentro del ambiente artistico. Uno de sus chistes favoritos era el disparo de la manteca, un pase (aunque no magico), quizas mejor podria definirse como un acto de malabarismo, que tenia lugar en el Restaurant Lindy de New York. Durante la cena, Dick espiaba disimuladamente a algun comensal “victima” que tuviera mas o menos cerca de su mesa, colocaba un pedacito de manteca en la punta de un cuchillo y con un golpe seco la arrojaba con una punteria casi mortifera, quedando la misma adherida sobre el techo directamente encima del comensal usado como blanco, y parece que Himber nunca fallaba. Despues de unos minutos, la manteca comenzaba a ablandarse, a derretirse y a gotear desde arriba, la victima levantaba su vista para ver que estaba pasando, y el pedazo de manteca terminaba cayendo con un sonoro “plop” sobre la persona o sobre la mesa. Era usual tambien que colocara algunos trozos de papel flash en ceniceros de mesas vecinas. Hoy lo definiriamos como un flor de cabronazo.
Saludos cordiales
