Hola, holita.
Desde mi modesta opinión los conocimientos de los maestros (en todos los campos) pasan a ser verdades indiscutibles cuando son eso, verdades y además indiscutibles. Me explico. Para ser verdad, necesita ser demostrada o al menos, debe ser demostrada la imposibilidad de su contrario; esos maestros han demostrado que sus teorías funcionan y en la medida que nadie pueda refutarlas se convertirán en verdades absolutas.
Otra cosa es que la verdad se presente a si misma como universal, con imposibilidad de dudar de ella, lo cual producirá un estancamineto del conocimineto. No ´se quien pero alguien dijo:
"a la vez que enseñas, enseña a dudar de lo que enseñas"; ese seguro que fue un gran maestro.
Por otro lado, con especto a la participación infantil; los niños tienen un tiempo de atención limitado, tanto más cuanto más pequeños sean. Si se cambia de actividad o el foco de la atención, se pone su contador a cero y vueta a empezar. no aguantarán una hora seguida mirando al mismo punto del escenario, pero si tienen que responder al mago (que ya es participar como dice el maestro Daroca), si tienen que estar pendientes de levantar la mano, de ser elegidos o no,... Tampoco, en mi opinión, creo que se deba convertir el espectáculo de magia infantil en un desfile de voluntarios pues también se desviará en exceso la atención.
Ala, Javi dixit. Abrazos pa'tos.