Esta parte del lenguaje del cuerpo (que es la que motivó a PMVIVA a abrir este hilo) es especialmente encantadora para la Magia. Si hay un elemento comunicador por excelencia en nuestro cuerpo es nuestra cara. A lo mejor nos llevamos una sorpresa algún día, y nos damos cuenta de que tantos años trabajando por la cobertura del juego de Magia o por esa técnica perfecta, y resulta que en todos esos años de actuaciones, la mayoría de la gente se ha fijado casi exclusivamente en nuestra cara (y las chicas, en la cara y en los movimientos de las manos -muy eróticas para ellas, que es algo que los hombres no solemos entender-. Y también en la voz, pero no es el tema de este hilo). Es decir, que entre las manos, la voz y sobre todo la cara tenemos un porcentaje altísimo de lo que es la comunicación mágica. Los únicos que no nos fijamos en eso (creo yo) somos los magos y los espectadores que quieren pillar el truco -y que probablemente acaben como magos-.
Yo no puedo hablar de expresiones faciales, tendría que estar escribiendo aquí alguien como Claudia (Ella) (a ver si tenemos suerte de que nos dé algún consejillo o visión del tema), pero en tanto escriben foreros que me consta que son unos artistas de la expresión facial (hay más de uno), tendréis que aguantaros con lo que pueda yo escribir malamente.
Aquí tenéis un pequeño trabajo que analiza el tema de las expresiones faciales (como siempre, estas cosas se encuentran en páginas sobre Teatro; en Magia parece que no nos toca ni de lejos, salvo excepciones):
Las emociones básicas expresables facialmente son:
1-alegría,
2-sorpresa,
3-tristeza,
4-miedo,
5-ira
6-asco o desprecio.
aunque hay muchas más: ironía, sospecha, concentración, nerviosismo, serenidad, incomodidad,... y miles y miles de posibilidades más.
Bueno, ¿cómo mejorar nuestra expresión facial? El mejor profesor lo tenemos en nuestra casa: NUESTRO ESPEJO. Creo que de verdad no necesitamos una persona o libro que nos diga que para expresar tal emoción hay que enarcar las cejas de tal forma. Desde pequeños estamos viendo estas expresiones en las personas, que son los mejores actores del mundo porque el papel que interpretan se lo creen de verdad. Solamente tenemos que intentar reproducir esas expresiones y graduarlas según veamos en el espejo, para que parezca más lo que queremos expresar.
¿Queremos adornar la aparición de una moneda o su desaparición con una cara de sorpresa o de concentración? Estudiemosla con el profesor Espejo. El nos dará también la medida para que no hagamos nada exagerado e histriónico, que es un error en el que se puede caer.
Y ahora hay que referirse al truco principal de las expresiones faciales: SOLTARSE. ¿Qué es esto de soltarse? Pues es sencillamente que aunque sepamos qué caras poner, puede que no nos atrevamos a hacerlas porque nos sintamos ridículos. Eso es porque no las asociamos a nuestra forma de ser y nos las vemos demasiado postizas, creemos que la gente se va a reír de nosotros en vez de con nosotros. Soltarse significa empezar primero a hacer caras a solas, ante nosotros mismos, que ya cuesta lo suyo; y luego ir introduciendo caras en algún momento de algún juego que hagamos. Poco a poco nos iremos metiendo en esta nueva dimensión de nuestra comunicación no verbal.
Imaginaos que os dicen que hagáis el tonto ante unos niños que están en la plaza de un pueblo esperando divertirse, que pongáis caras y que les hagáis reir. Nos costaría más de lo que pensamos. En cambio, si nos visten y maquillan de payasos, ahí es mucho más fácil. ¿Por qué? Pues porque el disfraz oculta nuestra verdadera personalidad y podemos sacar otra. Es decir, que el problema principal para la expresión es la vergüenza, el sentir que yo, Fulanito de Tal, estoy haciendo esas caras. Si estoy maquillado ya no soy yo, es un payaso, y ya es diferente.
Se podría hacer un curioso experimento en unos carnavales. Se le dice a la gente que este año, el dinero de los disfraces se done para paliar el hambre en el mundo o por una desgracia que haya habido. Pero que no por ello se suspende la fiesta, va a seguir habiendo noche de carnaval, pero cada uno sale vestido normal, sin ponerse absolutamente nada extraño, pero haciendo el tonto y diciendo las mismas chorradas, bailes, bromas y gritos que en un carnaval normal. Lo mismo pero sin el disfraz. No podrían; nadie se atrevería; el disfraz protege y permite hacer cosas raras. Ahí está la clave: la vergüenza es la barrera. Hemos de soltarnos.
Y para soltarse, nada como empezar hoy mismo a hacer caras raras a solas. No estamos idiotas, no. Es teatro, es mimo, son posibilidades del cuerpo.
Y sólo con el fin de soltarnos, podemos inspirarnos en estos dos vídeos (no de expresiones faciales teatrales, sino de exageraciones faciales): un chaval que hace caras con ritmo y el famoso Jim Carrey en una entrevista. ¿Están locos por hacer estas cosas tan raras? Apostaría a que ninguno de los dos tiene que visitar al psiquiatra (quizá precisamente por liberar tensiones haciendo caras y no estar reprimidos por una autoimagen seria).
Y no estamos hablando de que haya que hacer esto cuando presentamos un juego, pero sí que nos va a ayudar a soltarnos e introducir alguna expresión interesante, como la de Marcel Marceau cuando acerca la cara a la supuesta mariposa que ha atrapado entre sus ágiles manos, que es un poema cómo llena la pantalla esa expresión facial suya.
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[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=hwDJOWHRKcg&feature=related[/youtube]