Sí, ralfo, esos comentarios de situación es a lo que me refería con lo de que "podemos sencillamente hacer unos comentarios, unas breves divagaciones"-
Sin embargo, esa es una opción, que es muy buena, como todas, pero creo que no es estrictamente necesaria. Se puede hacer simplemente una presentación fenomenológica sin comentarios de situación, y que no quede soso o tedioso. Es que si ya nos imaginamos a un mago intentando llenar un tiempo forzadamente, enseguida nos viene la impresión de juego soso y aburrido, pero puede que no sea así. Yo creo que no, que la magia por sí misma es lo suficientemente potente y bonita para no ser aburrida, y no hay necesidad de divagar diciendo que "ayer lavaste un pañuelo y que encogió" o que "este pañuelo es rojo, que es un color chillón, porque tengo otro que es azul", etc. Esos comentarios son muy respetables y son una opción buena, pero incluso podría haber personas del público a las que les sobrasen. Es también todo según el mago, hay quien si se extiende un poco comentando las cosas queda muy bien porque es una persona graciosa, locuaz y que entretiene cuando habla, y hay quien precisamente por ponerse a comentar cosas puede dar una impresión penosa porque no es especialmente agraciado en ese terreno comunicativo.
La presentación básica fenomenológica no tiene por qué aburrir si no se deja largos espacios en blanco, en mi opinión. El aburrimiento o el tedio no es por la cantidad de palabras, creo, ya que con esos comentarios de situación también se puede aburrir, y hasta contando un cuento puede sobrar bastante y desear todos que el mago vaya al grano ya.
Una presentación básica fenomenológica en el ejemplo del pañuelo que pones (y con un par de notas de humor para sazonar, pero sin que sean comentarios de situación), podría ser:
"Aquí tengo un pañuelo... No, no es que esté resfriado y vaya a utilizarlo ahora, afortunadamente para vosotros, jeje. Como veis, se trata de un precioso pañuelito de seda de color rojo. Y ahí, sobre la mesa, a un metro de distancia de mí para que no me pueda acercar hasta el final, podéis ver tres auténticos jarroncitos chinos... De verdad, son chinos auténticos, los compré en los chinos a 60 céntimos los tres, jeje. Bien, pues preparaos para ver un gran prodigio. Voy a introducir el pañuelo en mi mano, así, con mucha claridad,... a ver, que no asome ninguna puntita. Muy bien. ¿Eres tan amable de soplar, por favor? Estupendo, pues con la magia de tu soplido, lo creáis o no... ¡el pañuelo ha desaparecido! (aplausos). Bien, aunque tengo que confesaros que en realidad no es del todo correcto lo que acabo de decir, no es que haya desaparecido, sino que el pañuelo se encuentra ahora en otro lugar del universo, aunque con el breve soplido que has dado no creo que haya que ir a una lejana galaxia para encontrarlo. No, tiene que haber viajado mucho más cerca... ¿Me podrías señalar uno de estos jarroncitos? ¿El de la izquierda? ¿Este? Muy bien, quiero que quedé claro que en el interior de los otros dos que no has elegido no hay absolutamente nada, como se puede ver. Bueno, creo que este tiene una pequeña arañita pero nada más, jeje. Sin embargo, el que has elegido tú, yo creo que las misteriosas leyes del azar te han llevado a que lo eligieras intuitivamente, porque es justamente el lugar del universo adonde el pañuelo ha viajado. Míralo, aquí está. (Aplausos)."
Si a esta charla le quitas incluso las pequeñas notas de humor, también queda muy bien, sin sazonar pero bien. La magia por sí misma ya llena todo. Eso sí, tenemos que hablar o hacer algo en ciertos momentos para que no decaiga el interés, pero la magia por sí misma ya es potente. Y si no, un mátrix mismo, sin humor ahora para que se vea que ni siquiera es necesaria la sal del humor: "Aquí tenemos cuatro relucientes monedas de plata. Vamos a colocar cada una en cada esquina del tapete, formando un cuadrado lo más perfecto que podamos. Esta figura geométrica del cuadrado, no sé si sabéis que tiene propiedades mágicas porque representa a los cuatro puntos cardinales -que forman todo el espacio- y a las cuatro estaciones del año -que forman todo el tiempo-, así que fíjaos lo que pasa cuando a las monedas se les protege su intimidad cubriéndolas con algo, como estas cartas que vamos a poner encima... Ocurre que las monedas están separadas, sí,...pero conectadas astralmente,... tanto que si nos descuidamos... ésta puede reunirse con ésta... Y luego ésta... y por fin ésta... (Aplausos)
No he hecho ningún comentario de situación, simplemente he descrito el material, lo que hago, lo que ocurre y por qué ocurre, ya que es aconsejable recrear la ficción mágica para que surja la atmósfera mágica. Esto sería algo básico, si a partir de ahí quiero decir que el pañuelo me lo dio un chino al que le salvé la vida de unos atracadores, o comentar que las monedas son medios dólares de la época de Kennedy, el famoso presidente de los Estados Unidos, un país al que he tenido la oportunidad de ir el año pasado y del que me traje de recuerdo las monedas, etc. Pues vale, pero no es necesario, e incluso a veces puede ser un rollazo añadido, según el mago que lo diga.
Saludos.