Gracias a Juandi, Luis y Juanma, por vuestro trabajo esforzado y vuestro riesgo como críticos o cronistas.
Ser cronista es difícil, hay que contar lo que se ha visto y lo que se ha vivido, como un notario, y eso requiere trabajar bastante y asumir que se puede molestar a alguien. Ser crítico es todavía más difícil, porque hay que dar la opinión personal sobre lo que se ve, y ya sabes de antemano que se va a molestar bastante gente, porque no todas tus opiniones van a ser positivas. Por tanto, gracias a los que se han atrevido a realizarlo, porque por ellos nos hemos enterado de algo sin haber estado allí.
Las críticas hay que tomarlas como lo que son, una opinión personal. Muchísimas críticas puede que sean injustas, porque son opiniones, o simplemente que la verdad esté repartida entre todos los puntos de vista. Son conocidos muchos casos en que grandes artistas fueron criticados diciendo que nunca llegarían a nada y luego han sido tal o cual figura del arte. Entonces, las críticas hay que tomarlas con pinzas y de lejos. Para el artista, esto es muy difícil, hay que estar mentalizado de que una crítica no es verdad, sino la verdad particular del crítico, que es muy diferente. Por eso el artista tiene que repetirse esta afirmación: "me van a criticar seguro, y puede que tengan razón pero también puede que no la tengan. Así que, estoy preparado para sufrir una crítica injusta, ya puedo subir a un escenario y a esperar las malas críticas, que antes o después las habrá de parte de alguien".
Pero es que, a pesar de que las críticas se equivoquen con muchísima frecuencia, es muy bonito contar con ellas. Una crítica no puede ser como unos "ecos de sociedad" de la revista Hola, donde invariablemente se dice: "Y la novia, que estaba guapísima,...", porque entonces perdería interés. Yo en principio prefiero que alguien se equivoque opinando pero enterarme de un punto de vista supersincero de alguien, con las reservas pertinentes.
Luego está la contrapartida, que es el daño que se puede causar a las personas al escuchar ciertas cosas (sean acertadas o equivocadas). Y eso es una realidad, que por mucho que intentemos mentalizarnos de que es sólo una crítica, hace daño. El daño existe. Entonces se nos plantea el dilema de si criticar, o si acaso estaría mejor renunciar a criticar -sobre todo tratándose de compatriotas y que frecuentan los mismos foros, mundillos y encuentros que todos los que leen la crítica negativa, es como criticar a un amigo en presencia de todo el grupo de amigos o de su familia, que lo avergüenzas un poco-.
Es difícil el dilema. Ante todo, debe prevalecer la persona, el no hacer daño a la gente. Yo creo que hay dos opciones: una, la que ha apuntado Eduardo Galeano de no criticar en público a un compañero, por lo menos de los nuestros, de los que van a leer la crítica) (Otra cosa sería decir que Perikosky de Ucrania y Chin Lu Ichinawa de Corea, han estado muy mal a juicio del crítico, porque lo más probable es que no lean la crítica o no les importe demasiado porque sus lectores son de otro país que no es el suyo). Esa opción consistiría en hacer una crónica de lo que ha pasado y los juegos que ha hecho tal o cual persona, y si te ha gustado lo elogias, y si no, no elogias y pasas al siguiente. Es decir, no comentar lo malo si es un español o alguien que frecuente el foro. Eso puede estar muy bien, o como mucho una crítica-insinuación, por ejemplo: "creo que podrían ser todavía mejores la comunicación con el público y el ritmo"... y ya entendemos. Y la otra opción es criticar, pero advirtiendo antes en mayúsculas: "todo lo que voy a decir es una opinión personal, me puedo equivocar, así que pido que no se me haga caso especialmente, porque lo más probable es que otras personas tengan una opinión muy distinta. Dicho esto, voy a contaros mis opiniones personales, a riesgo de equivocarme". Eso también podría ser aceptable. No soy afín, por tanto, a un crítico tipo Craig Mitchell en la FISM o un Risto Mejide, no me gusta aunque reconozco que es muy divertido escucharles y te enteras de muchas cosas, pero es que pueden hacer bastante daño a personas concretas, si no se advierte que no hay que hacer demasiado caso y que todo es una visión muy personal.
Así que yo, por lo menos, gracias a estas reflexiones, ya tengo más o menos claro lo que haría si fuera crítico. Si el artista es un extranjero que no entre por estos lares, me expresaría con total sinceridad, pero si es español, o un hispanoamericano que lea el foro, comento lo bueno, y lo malo me lo callo, que ya con el silencio se expresa bastante. Y eso sí, sin exagerar y sin edulcorar lo que no es dulce, porque entonces pierde su valor la crítica, no es creíble. Y otro género muy interesante es la crónica acrítica: "actuó Fulanito, hizo tal y cual, le falló esto, hubo un aplauso frío"... Es decir, ser un notario de lo que pasa, dejando al público la responsabilidad de juzgar con sus reacciones, pero sin meterse el cronista a criticar.
Así que de nuevo muchas gracias a los cronistas y críticos, por esta labor gratuíta, valiente y tan cargada de sinsabores. Que por cierto, pienso que no hace falta subirse a un escenario para ser un buen crítico, es más, creo que los mejores críticos de magia son los profanos de aguzada sensibilidad, ésas son las críticas que más valoro y no se suben a un escenario. Y felicidades a todos los concursantes y actuantes. En cuanto a Niñas del mago, no he tenido el gusto de verlas, pero valoro la crítica de Juandi en su escala: sólo es una crítica de una persona (muy entendida en magia) más unos cuantos comentarios de otros espectadores, y a la vez que recojo también el aprecio de buena parte del público hacia estas artistas. Así que para mí no quedan para nada desprestigiadas por la lectura de este hilo, sino al revés, ahora tengo curiosidad y pido que las lleven a otros encuentros, y he visto un poco de ellas en Youtube y me han agradado.
Saludos.
Ser cronista es difícil, hay que contar lo que se ha visto y lo que se ha vivido, como un notario, y eso requiere trabajar bastante y asumir que se puede molestar a alguien. Ser crítico es todavía más difícil, porque hay que dar la opinión personal sobre lo que se ve, y ya sabes de antemano que se va a molestar bastante gente, porque no todas tus opiniones van a ser positivas. Por tanto, gracias a los que se han atrevido a realizarlo, porque por ellos nos hemos enterado de algo sin haber estado allí.
Las críticas hay que tomarlas como lo que son, una opinión personal. Muchísimas críticas puede que sean injustas, porque son opiniones, o simplemente que la verdad esté repartida entre todos los puntos de vista. Son conocidos muchos casos en que grandes artistas fueron criticados diciendo que nunca llegarían a nada y luego han sido tal o cual figura del arte. Entonces, las críticas hay que tomarlas con pinzas y de lejos. Para el artista, esto es muy difícil, hay que estar mentalizado de que una crítica no es verdad, sino la verdad particular del crítico, que es muy diferente. Por eso el artista tiene que repetirse esta afirmación: "me van a criticar seguro, y puede que tengan razón pero también puede que no la tengan. Así que, estoy preparado para sufrir una crítica injusta, ya puedo subir a un escenario y a esperar las malas críticas, que antes o después las habrá de parte de alguien".
Pero es que, a pesar de que las críticas se equivoquen con muchísima frecuencia, es muy bonito contar con ellas. Una crítica no puede ser como unos "ecos de sociedad" de la revista Hola, donde invariablemente se dice: "Y la novia, que estaba guapísima,...", porque entonces perdería interés. Yo en principio prefiero que alguien se equivoque opinando pero enterarme de un punto de vista supersincero de alguien, con las reservas pertinentes.
Luego está la contrapartida, que es el daño que se puede causar a las personas al escuchar ciertas cosas (sean acertadas o equivocadas). Y eso es una realidad, que por mucho que intentemos mentalizarnos de que es sólo una crítica, hace daño. El daño existe. Entonces se nos plantea el dilema de si criticar, o si acaso estaría mejor renunciar a criticar -sobre todo tratándose de compatriotas y que frecuentan los mismos foros, mundillos y encuentros que todos los que leen la crítica negativa, es como criticar a un amigo en presencia de todo el grupo de amigos o de su familia, que lo avergüenzas un poco-.
Es difícil el dilema. Ante todo, debe prevalecer la persona, el no hacer daño a la gente. Yo creo que hay dos opciones: una, la que ha apuntado Eduardo Galeano de no criticar en público a un compañero, por lo menos de los nuestros, de los que van a leer la crítica) (Otra cosa sería decir que Perikosky de Ucrania y Chin Lu Ichinawa de Corea, han estado muy mal a juicio del crítico, porque lo más probable es que no lean la crítica o no les importe demasiado porque sus lectores son de otro país que no es el suyo). Esa opción consistiría en hacer una crónica de lo que ha pasado y los juegos que ha hecho tal o cual persona, y si te ha gustado lo elogias, y si no, no elogias y pasas al siguiente. Es decir, no comentar lo malo si es un español o alguien que frecuente el foro. Eso puede estar muy bien, o como mucho una crítica-insinuación, por ejemplo: "creo que podrían ser todavía mejores la comunicación con el público y el ritmo"... y ya entendemos. Y la otra opción es criticar, pero advirtiendo antes en mayúsculas: "todo lo que voy a decir es una opinión personal, me puedo equivocar, así que pido que no se me haga caso especialmente, porque lo más probable es que otras personas tengan una opinión muy distinta. Dicho esto, voy a contaros mis opiniones personales, a riesgo de equivocarme". Eso también podría ser aceptable. No soy afín, por tanto, a un crítico tipo Craig Mitchell en la FISM o un Risto Mejide, no me gusta aunque reconozco que es muy divertido escucharles y te enteras de muchas cosas, pero es que pueden hacer bastante daño a personas concretas, si no se advierte que no hay que hacer demasiado caso y que todo es una visión muy personal.
Así que yo, por lo menos, gracias a estas reflexiones, ya tengo más o menos claro lo que haría si fuera crítico. Si el artista es un extranjero que no entre por estos lares, me expresaría con total sinceridad, pero si es español, o un hispanoamericano que lea el foro, comento lo bueno, y lo malo me lo callo, que ya con el silencio se expresa bastante. Y eso sí, sin exagerar y sin edulcorar lo que no es dulce, porque entonces pierde su valor la crítica, no es creíble. Y otro género muy interesante es la crónica acrítica: "actuó Fulanito, hizo tal y cual, le falló esto, hubo un aplauso frío"... Es decir, ser un notario de lo que pasa, dejando al público la responsabilidad de juzgar con sus reacciones, pero sin meterse el cronista a criticar.
Así que de nuevo muchas gracias a los cronistas y críticos, por esta labor gratuíta, valiente y tan cargada de sinsabores. Que por cierto, pienso que no hace falta subirse a un escenario para ser un buen crítico, es más, creo que los mejores críticos de magia son los profanos de aguzada sensibilidad, ésas son las críticas que más valoro y no se suben a un escenario. Y felicidades a todos los concursantes y actuantes. En cuanto a Niñas del mago, no he tenido el gusto de verlas, pero valoro la crítica de Juandi en su escala: sólo es una crítica de una persona (muy entendida en magia) más unos cuantos comentarios de otros espectadores, y a la vez que recojo también el aprecio de buena parte del público hacia estas artistas. Así que para mí no quedan para nada desprestigiadas por la lectura de este hilo, sino al revés, ahora tengo curiosidad y pido que las lleven a otros encuentros, y he visto un poco de ellas en Youtube y me han agradado.
Saludos.