Noticias del mundo mágico
#14909 por Alberto Inquieto
09 Mar 2004, 00:37
Hola, amigos! Os copio el artículo aparecido hoy en La Vanguardia sobre Hausson. Da gusto ver que en los medios, aunque sea muy de vez en cuando, dan a la magia el valor que merece.
Mucha magia!

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La magia no es un juego de manos
Jesús Julve “Hausson”, mago e ilusionista

JOSEP MASSOT - 08/03/2004

La imaginación ha estado siempre en el poder. Todos los sabios de cualquier época han sabido que quien controla la imaginación de sus comunidades tiene el poder sobre ellas, y que cada tiempo renueva sus estrategias para crear su propio universo de percepciones de una realidad que parece ser y tal vez no es. Los utópicos de la razón de Estado necesitaron de sus magos para diseñar la arquitectura de sus gulags y sus campos de exterminio, y quienes la combatieron recurrieron a los suyos para desmontarla.

La imaginación pura, la que no se conforma con el mundo de las apariencias monolíticas, aliada con la razón crítica, es el mejor antídoto del que se ha dotado el ser humano para no caer en el desvarío. Esa mirada crítica que piensa e imagina es la que tienen los grandes filósofos y los grandes artistas. Como Joan Brossa, que decía que la magia era otra forma de poesía, engañando al ojo para ofrecer un misterio, cuyo secreto atrae porque no es desvelado. Esa otra forma de imaginación es la que mantiene viva la capacidad de maravillarse, de asombrarse y de conocer.

Jesús Julve Salvador (Barcelona, 1952) es un mago que hace poesía visual, engañando al ojo. Hace posible lo que parece imposible, quiebra las leyes de la realidad, hace ver que es lo que no es y a la inversa, mueve sus manos y aparecen y desaparecen y vuelven a aparecer bolas de billar, aros, naipes... Lo hace desde los nueve años, cuando sus padres le regalaron una caja de juegos de magia y él empezó a descubrir que los juegos de manos tienen su técnica y su disciplina, que la fantasía tiene su propia mecánica. Le gustaba fabricar el asombro y quiso saber más.

Descubrió la tienda de las maravillas en El Rei de la Màgia, un desván inagotable para crear el ritual de la sorpresa y dominar las leyes de lo verosímil. Pronto actuó en teatros como el de la calle del Carme, su barrio. Y mientras aprendía a ganarse la vida, como corredor de mercancías, perfumes y alimentos, asistía a las reuniones de la asociación de Magos, donde intercambiaba trucos y perfeccionaba su técnica.

Un mago, en aquella época, no podía llamarse Jesús Julve, así que empezó por cambiarse el nombre. Eligió el de Hausson porque le sonaba bien. Le cambió la vida una actuación en el Institut del Teatre y una llamada inmediata de otro brujo blanco, Brossa, que le invitó a participar en el homenaje que se le rendía a Miró por sus 85 años. Al acabar el homenaje, se presentaron en el camerino de Hausson Joan Brossa y Lluís Permanyer. Era cuando se veía a Brossa con Christa Lem y éste quería recuperar para el teatro artes populares como el music hall. Hausson le preguntó qué era para él la magia, y Brossa le respondió, semanas más tarde, con una obra de teatro escrita en su honor.

Supo entonces Hausson que el ilusionismo no era sólo hacer juegos de manos, sino que podía quedar integrado en el teatro actual. La estrenaron en el Romea y desde entonces les unió una amistad a la que Hausson ha permanecido fiel después de la muerte de Brossa. Con Herman Bonnin, ha creado el Espai Brossa, una sala alternativa donde representan las obras del poeta y organizan espectáculos en los que ilusionismo y dramaturgia van en perfecta simbiosis.

Hausson no es un mago que compone, sino un mago que interpreta. Se ha especializado en la manipulación, la habilidad más difícil de la prestidigitación, que practica con elementos comunes, no trucados, naipes, monedas o cigarrillos, para provocar la admiración del público al transgredir las leyes naturales. “El público más inteligente –dice– es el que se deja engañar. El torpe quiere entender el truco, lo entiende como un reto a su inteligencia y es incapaz de disfrutar con el espectáculo. No nos preguntamos cada vez que encendemos el ordenador cómo funciona, y sin embargo quieren entender cómo hago los juegos de ilusionismo.

El secreto es muy fácil, porque la magia es el arte de crear ilusiones mediante la técnica. No hay nada sobrenatural. Sólo hace falta mantener la capacidad de sorpresa que tienen los niños y que quisieron rescatar los surrealistas. Como Miró, que ante un mundo dominado por visiones tan realistas, se admiraba cada mañana por el milagro de ver aparecer el sol.” Una mirada, aclara, que no es infantil, sino la de quien es capaz de ver la realidad con otros ojos, de preguntarse por las trampas de los prejuicios y de la percepción.

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