Os doy mi opinión más detallada sobre este asunto.
1.- Show de hipnosis:
Yo también estoy de acuerdo en que, si lo que estás haciendo es un show de hipnosis como tal, no se debe mezclar con magia. Efectivamente, puede dar la impresión de que la hipnosis también tiene ‘truco’.
La alternativa que puede funcionar es hacer dos partes diferenciadas, con descanso en medio: una primera de mentalismo y otra de hipnosis. Si en la primera parte ya se ha trabajado la sugestión y efectos pseudohipnóticos, la parte de la hipnosis será más fácil.
En todo caso, a mí no me termina de gustar esta mezcla
2.- Show de mentalismo:
Aquí yo creo que un uso inteligente de la hipnosis puede potenciar perfectamente el show y añadirle un toque extra de misterio. Basta con ver espectáculos de Derren Brown, de Keith Barry o, más cerca, de Astyaro o de Luis Pardo.
¿Cuál es el principal problema? Que no hay tiempo para un pre-talk formal ni para largas inducciones como en un show de hipnosis.
¿Qué alternativas hay? Por un lado, preshow: trabajar con algunos espectadores previamente y dejarles con una orden posthipnótica para facilitar su inducción instantánea en escena.
Si no es posible, entonces: recurrir a ‘juegos’ previos para detectar los espectadores más sugestionables (mano ligera/pesada, manos imantadas, etc) y hacer una inducción instantánea en escena.
En este caso, es clave que los espectadores sepan que haces hipnosis y que tu show puede incluir experiencias hipnóticas (así se genera expectación). Además, puedes recurrir, también, a modelos que pueden facilitar los estados hipnóticos de manera ‘alternativa’, tipo hipnosis despierta/sin trance de J. Tripp o el AIM de A. Jacquin.
¿Y qué puedes hacer con hipnosis en un show de mentalismo?
Para mí, dos alternativas generales:
• Usar la hipnosis como preshow: extraer información al espectador o implantarla en su mente y que no tenga recuerdo alguno de lo que ha sucedido (con todo el debate ético que esto puede generar).
• Usarla como parte del show: potenciar un efecto cuyo resultado, como tal, no depende de la hipnosis pero que, desde un punto de vista teatral, se multiplica por 100.
¿Es necesario inducir un trance para simular un efecto de telepatía (por ejemplo)? No, pero la potencia que se consigue introduciendo el elemento hipnosis es brutal.
Y esto nos lleva a otra alternativa: la pseudohipnosis. Si al simular un efecto de telepatía (sigo con el ejemplo), el espectador no entra realmente en trance, en el fondo no importa siempre que al público le dé la impresión de que realmente ha existido hipnosis. Es decir: el efecto de transmisión telepática se consigue igual (porque no depende de que haya trance o no) y la teatralidad se mantiene (porque la percepción del público es que ha habido hipnosis real).
Espero haberme explicado. Y… ¡perdonad la chapa!
Un saludo cordial,