Vamos con Luigi:
* ¿Cuándo empezaste a dibujar?
-Con meses, según me cuentan
* ¿Pintas cuadros?
-Es lo que más me gusta
* ¿Qué piensas cuando algún mago te dice "¿Me haces una caricatura?" ?
-No pienso nada, le miro la cara.
* ¿Qué divide más, la política o la religión?
-Yo qué sé. A ti no te han hecho preguntas tan difíciles. Supongo que en asuntos religiosos es aún más difícil llegar a entendimientos que en temas políticos
* ¿Cuándo te meterás en política?
-ya tengo suficiente con meterme CON los políticos. No valgo para eso y no me creo casi nada.
*¿Qué es el "Jaje" para tí?
-Es muy difícil explicarlo. Una idea loca que tuve una noche y que ya va a cumplir ocho años. Se trata de que, gracias a la alegría de los niños sanos que pueden ir al teatro, los niños hospitalizados tengan algo más de esa alegría. Es un festival de humor y magia infantil y, para mi sorpresa, desde el primer año, siempre se han llenado los teatros. Es un festival modesto, con muy pocos recursos económicos, pero no importa, porque se compensa con la ilusión de que se viva la magia y de que siempre haya muchas risas. Siempre contamos con el compincheo de los artistas que vienen a actuar, que entienden de qué va esto pronto y se hacen partícipes de la historia. Logramos que se asentara en Málaga la Fundación Theodora y ahora financiamos las actividades de la Asociación de Voluntarios de Oncología Infantil del Hospital Materno de Málaga, que es la asociación de voluntarios de hospital más numerosa de España. Con el dinero del Jaje, por ejemplo, hace poco se llevaron a 38 niños oncológicos a Disneyland Paris, y ante eso, sólo cabe seguir con el Jaje, pese a las dificultades que siempre encontramos. Además, ya personalmente, aparte de las satisfacciones por saber todo esto que he contado, el Jajejijojú es una continua fuente de amistades nuevas, y alguna de ellas, muy arraigadas ya.
*¿Qué te dan los niños que no te den los grandes?
-Pues bastantes cosas. Muchas risas, por ejemplo. Pero sobre todo, aprendo mucho, a no renunciar al mundo imaginario, a ver las cosas desde otro punto de vista, a descubrir lo obvio... Cuento esto que me pasó con mi hijo Pablo, a modo de ejemplo:
Cuando Pablo tenía cinco años, le llevé a visitar una cueva de mi pueblo, llamada la Cueva del Tesoro porque siempre se ha sospechado que allí se esconde el tesoro de cinco reyes mahometanos, que lo escondieron cuando fueron expulsados tras la reconquista. Mientras veíamos las estalacmitas, las estalactitas y esas figuras tan curiosas que tienen las rocas y las paredes de las cuevas, le contaba a Pablo que mucha gente ha estado buscando el tesoro, sin éxito. Es verdad que han ído espeleólogos, videntes, incluso un mago chino... Llegó hasta un suizo dispuesto a dinamitar las paredes para poder hallar el tesoro, pero el hombre calculó mal y se voló a sí mismo. Mis paisanos del pueblo creen que el fantasma del suizo sigue por allí y se aparece de vez en cuando por los alrrededores.
A los tres o cuatro días de aquella visita, vino Pablo a buscarme porque tenía algo importante que decirme.
-Ya sé por qué nadie ha encontrado el tesoro de la Cueva del Tesoro- me dice.
-¿Ah, sí? ¿Y por qué?
-Porque esa cueva es tan bonita que el tesoro es la cueva.
Hay cosas que sólo los niños saben ver.
Gracias a todos por preguntar.