Wowwwwwwww. Pero qué guapa que es, da ganas de suspirar pero no lo hago porque si no, parezco tonto. Mira, paso de la magia en un primer visionado. Me da igual si hace magia o si baila o si recita un poema. Haga lo que haga ya es arte. A esta chica hay que hacerle un club de fans... ¿Cómo no me habrá ocurrido antes?... ¿O se me ha ocurrido?
Oye, no quitéis este vídeo que lo quiero poner como ejemplo para principiantes en un proyecto que tengo para aprender magia. Este es un ejemplo perfecto de cómo hay que hacer las cosas, cómo hay que mirar, cómo hay que seducir al público, cómo hay que sonreír, cómo hay que recrearse en los movimientos, cómo hay que cuidar la imposibilidad a tope, pero poner la belleza por encima del asombro, cómo cuidar la sensibilidad. Esto sólo lo puede hacer una mujer. ¿Por qué no hay mujeres en la magia? se preguntan muchos. Pues porque lo que ha sido hasta ahora la magia, era demasiado poco para ellas. Pero a medida que van tocándola con sus suaves manos y su afinado corazón, vemos otra cara de la magia, otra dimensión. Un día de éstos voy a decidir autocensurarme y no ver más que magia femenina. No me conformo con menos.
El número me gusta mucho. No está de 10, sin embargo, le falta algo a la composición, no sé qué, algún detalle sorprendente, original, un significado de las cosas, quizá. Todo es en plan luna plateada, sí, la máscara, los aros y la bola... Pero no sé, falta algo, no me acaba de llenar el número, pero bueno, notable alto o sobresaliente. Sin embargo, Jéssica sí que es 10 ella misma. Muy bueno el acompañamiento musical en directo, que hay que recuperarlo contratando a músicos, y el final suave, no kabukiano.
Empezar con la máscara me gusta mucho, no sólo por el toque misterioso sino porque el momento en que se quita la máscara y se le ve la cara para mí es lo mejor del número. Alguno podrá decir que es demasiado rato con dos aros. Pero no, es que es como una danza, entre los aros está ella, se asoma entre ellos, sale, entra, surge, es como una danza de los velos con aros. La protagonista es ella, y la magia es un acompañamiento a su lucimiento. O sea, tiene sentido, aunque algunos magos no alcancen a entenderlo. Esto un hombre no lo puede hacer, porque en un mago no pega que se muestre una y otra vez entre el material, luciéndose, por muy guapo que sea. Cada sexo tiene una forma de ser, y el sexo femenino tiene eso, que brilla la mujer por encima de la materia. El hombre no va a así, en el hombre brilla lo que hace, lo que siente, lo que dice, pero no él, por eso en danza clásica el portor es el hombre y la que es alzada es la mujer.
Elegancia en las poses, muy estudiadas todas, genial, Jéssica. Para hacer magia de escena ¿hace falta aprender ballet? Pues sí. No expresión corporal, no mimo, no teatro, todo eso masculiniza la magia, la embrutece... ¡Ballet! David Copperfield es un experto bailarín, como demuestra en sus primeros especiales; luego ya no baila, pero se nota que sabe bailar por las posiciones del cuerpo en cualquier número.
La pieza de piano para la bola no me gusta, no porque no sea bonita, sino porque no veo mucho contraste con la otra de los aros, parece la misma, es del mismo estilo, muy bonita pero monótona la banda sonora del número. A ver, mis deseos:
Me gustaría que en los aros estuviera el pianista y que en la bola tocara un violinista, o bien una composición de piano radicalmente diferente. Me gustaría que los aros tuvieran un sentido, como que ella se mira su anillo, mira una foto de boda y entonces hace los aros. Me gustaría que la bola no empezara a levitar sola sino que lo hiciera cuando Jéssica le diera un beso. Y me gustaría que cuando se pone la máscara al final coja de paso un puñado de pétalos de rosa y los deje caer sobre el piano al acostarse sobre él o cayendo en nieve sobre el suelo, un elemento de belleza plástica, no mágica.
Pero lo mejor es cómo te mira, es que parece que te está mirando a ti, que te está sonriendo a ti.
Gracias, Vituco, por esta joya. Y lo del gimmik, jeje, da igual. Es que da igual, si aquí la técnica se pierde, se queda por detrás del arte, me da igual lo de la nueva manera de hacerlo o que lo hiciera de la antigua, todo eso pasa a un segundo plano. Por ahora, esta es la actuación del año, para mí, y dudo que alguien me la supere en lo que queda de 2012. Sigue creando números, Jéssica, que has nacido para esto.
Qué bonita es la magia bien hecha. No, si al final va a estar bien esto de la magia.