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Quería proponer un tema que me preocupaba bastante cuando empecé y que seguramente me frenara en el aprendizaje de la magia. ACTUAR FRENTE A LOS DEMÁS MAGOS. No sabría decir por qué es.

Quizás por miedo a parecer un pardillo. Decir que yo empecé en el Círculo Mágico Sevillano, al que pertenece Vicente Canuto ¿os imagináis hacerle a Vicente un juego de los que aparecen en su libro? Para cualquiera habría sido una gran oportunidad para aprender a hacer magia en condiciones, pero yo dejé pasar esa oportunidad por miedo a hacer el ridículo delante del maestro.

Quizás sea por miedo a las críticas negativas. Otro error. De esas es de las que más se aprende. Y también la dejé pasar.

También puede ser por miedo a decepcionar. Te acercas a un mago que lleva 50 años haciendo magia. ¿Cómo puedo sorprenderle? ¿Sabré hacer algún juego que no conozca ya? MÁS ERRORES. No se trata de sorprenderle, chaval, ¡que llevas un mes en esto! Se trata de que aprendas a hacer magia y, si te equivocas y se te ve el truco o el pase o el gimmick o lo que sea, pues mejor que te pase con alguien que ya lo conoce y te puede decir como corregirte para que no te vuelva a pasar a que te pase ante el público y quedes como un mago patoso que no sabe hacer nada.

Seguramente el motivo principal sea por nerviosismo, pero el nerviosismo estaba provocado por alguno (o por todos) los miedos mencionados arriba.

Supongo que nunca es tarde para volver al círculo y retomar esas tardes de magia, pero ahora las responsabilidades (el trabajo, la casa, la familia...) me han mermado el tiempo libre disponible que tengo que administrar con cuentagotas. Lo digo por si alguien siente estos mismos miedos, que tome ejemplo y no cometa los mismos errores que yo.

Un saludo y feliz año a todos.

Hola, newton, feliz año.

Pues empiezo yo con mi punto de vista. Haces muy bien en sincerarte de esa forma porque son sentimientos por los que pasamos o hemos pasado un buen número de aficionados a la magia, así que esas cosas hay que hablarlas y son muy normales.

Dices que no vas a sorprender a un mago veterano y bueno con un juego de los tuyos y comentas el caso de hacer un juego del Cartomagia Fundamental al mismísimo D. Vicente Canuto... ¿Has pensado lo mucho que le puedes agradar haciendo un juego de su libro y el placer suyo o de otros magos insignes en darte buenos consejos? Un mago no se define como que va a la caza de nuevos juegos o de presentaciones y técnicas y manejos nuevos y asombrosos; a un mago también le gusta opinar, aconsejar, y no te digo nada si es un juego que él ha escrito. El cariño hacia ti será grandísimo, te tomará un poco como un hijo mágico. ¿Qué le puede enseñar un hijo pequeño a su padre? Nada, la mayoría de las veces, pero con qué gusto el padre le escucha, tanto que se lo pasa mejor el padre que el hijo en ese diálogo sin trascendencia. Tranquilo, que aunque no sorprendas a nadie, aunque todos conozcan el juego, aunque todos lo hicieran mejor que tú mil veces, les va a encantar vértelo hacer, y aconsejarte si procede. ¿No te pasa a ti lo mismo con un compañero que te haga un juego de los que tú ya conoces y que haces mejor que él seguramente? Además, siempre es agradable ver magia aunque no te sorprenda y aunque no esté super bien hecha. Hemos de cambiar el chip, no es hacer magia para sorprender, sino magia familiar entre familiares mágicos, para relacionarnos y para hablar de magia (y alguna vez sorprenderemos con nuevas cosas, pero no es el fin último de la magia para magos sino mantener viva la relación de amistad y una excusa para ver magia y hablar de magia, que es lo que nos gusta). La última vez que estuve en una tertulia, hace tres meses, pude ver el "juego del amor", que ya conozco, y sin embargo me lo pasé muy bien porque vi magia; y a veces ver un juego conocido te sirve para pensar sobre él y enamorarte de nuevo de él o variarlo... o sea, que está muy bien.

Y todo esto no quita que con tu presentación o con algún detalle psicológico realmente sorprendas a magos más veteranos con juegos que conocen muchísimo, que a veces ocurre -pero que no es de lo que se trata, como hemos dicho-. Así que si cambias ese chip de que para agradar a un mago con tu magia tienes que ser superior a él o sorprenderlo, podrás recuperar esa satisfacción aunque tengas ahora menos tiempo. Además, sirve tanto para mejorar y darte cuenta de cosas que no habías tenido en cuenta... Esa última vez que te comento que hice magia a magos me valió su peso en oro, porque me advirtieron de varias cosas que no sabía que se sospechaban o que no eran del todo redondas, y luego Anuska, una gran maga y simpática amiga de tanta gente del círculo de Madrid, me sugirió una manera para cubrir un pase que en la vida se me hubiera ocurrido y ahora estoy encantado con esa manera, así que cambié varios juegos gracias a ellos, que me salvaron de no hacerlos bien.

Otro tema son los nervios, que es otra cosa. Si te da corte porque te impone, pues espérate a estar en confidencia con un mago solo, o con un par de magos de tu nivel y les haces magia, y a partir de ahí vas ganando confianza progresivamente, porque de buenas a primeras hacer magia a un montón de buenos magos juntos puede dar corte, es muy normal. En los nervios y las fobias hay que ir subiendo escalones. Las dos primeras veces que quedé con Rubiales no le hice ningún juego por excesivo respeto, timidez o lo que fuera, y hace poco en un Aparecium le hice por fin uno y le gustó bastante.

Pues ánimo, vuelve al círculo y saca con cuentagotas ese tiempo, que es un tiempo muy importante. Si al coche no le pones aceite al final se estropeará, y si tú no sacas tiempo para relajarte y divertirte un poquito, al final se resentirán otros aspectos como el trabajo o la familia. Aunque sea cada X tiempo, pero ve al círculo y prepara por lo menos un juego para hacérselo a alguien concreto aunque sea. Estarás más realizado y tu familia te encontrará más feliz. Suerte y gracias por comentar estas cosas que tanto pueden servir a otros.

Gracias, Daroca. Eso es exactamente lo que yo quería decir. Espero que todo esto pueda ayudar a otros a superar sus miedos, nervios o timidez.

Un saludo.