(Dedicado a alexelmsley)
En cierta ocasión se encontraba Yehudi Menuhin realizando algunos juegos de manos cuando se le acercó un caballero y le dijo que quería contratarlo para una fiesta.
- “Hable con mi representante” le respondió, alargándole una tarjeta.
Me imagino que su tarifa debió de ser algo superior al equivalente de 100 euros actuales, pero lo cierto es que llegaron a un acuerdo puesto que Menuhin acudió a la fiesta acompañado, naturalmente, de su violín.
A lo que el anfitrión exclamó, sorprendido:
- “¡Caramba, señor Menuhin! ¡De manera que usted también es violinista!”
Mágicos saludos.
En cierta ocasión se encontraba Yehudi Menuhin realizando algunos juegos de manos cuando se le acercó un caballero y le dijo que quería contratarlo para una fiesta.
- “Hable con mi representante” le respondió, alargándole una tarjeta.
Me imagino que su tarifa debió de ser algo superior al equivalente de 100 euros actuales, pero lo cierto es que llegaron a un acuerdo puesto que Menuhin acudió a la fiesta acompañado, naturalmente, de su violín.
A lo que el anfitrión exclamó, sorprendido:
- “¡Caramba, señor Menuhin! ¡De manera que usted también es violinista!”
Mágicos saludos.
Juandi, de Zaragoza