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Aunque parece que fue siempre la magia la que más aprendió de la calle (tahúres, trileros, carteristas...), hay casos en los que cuesta creer que no fue la calle la que tomó prestadas ciertas invenciones a la magia. Y esto, a pesar de que el hambre agudice el ingenio (lo cual puede demostrarse científicamente si se me toma como sujeto de estudio antes y después de merendar.)

Hace ya tiempo, encontré en un foro un fragmento de la enciclopedia Espasa -en una edición de principios del siglo pasado-, en donde se describen los distintos tipos de robos y a los ejecutantes de los mismos. Entre descuideros y carteristas, se explica la actuación de las ‘bolsilleras’.
Lo pongo aquí por si la técnica sirviese de ayuda a algún impío ejecutante de pick-pocket que hubiese en este foro:

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Bolsilleras.
Estas, para realizar sus fines, buscan la aglomeración de gente y procuran colocarse entre la multitud; van tentando los bolsillos, y cuando encuentran uno meten mano y sacan lo que pueden; si a la tomadora le parece que con la mano no puede verificar el robo, corta la tela del bolsillo y la del vestido, y cae aquél al suelo, el que es recogido por la muchacha que siempre lleva consigo.
Algunas tomadoras usan en la iglesias un procedimiento que consiste en colocarse unas manos de cera, perfectamente hechas, enfrente del pecho y en actitud de orar, quedando las suyas, por consiguiente, libres para manejarlas é introducirlas en los bolsillos de las personas que están á su lado.
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Por favor, si alguien pudiese procurarme este fake, para mano masculina y algo velluda, no deje de buscarme en las iglesias.

Saludos.
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