El otro día escuché por la radio que Jack Pierce, el creador del maquillaje que lucía Boris Karloff -o como se escriba- en la película "Frankenstein", era un gran cartomago. Sucede que el propio Boris Karloff -o como se escriba- era, igualmente, un gran amante de la magia. Supongo que los cientos de horas que tuvieron que estar juntos durante el rodaje las emplearían en charlar sobre empalmes, enfiles y demás. La coincidencia de aficiones entre Frankensteins es aún mayor si tenemos en cuenta que el segundo monstruo de estas características más famoso de la historia, Fred Gwynne, era un mago de altura. Este tal Gwynne es, ni más ni menos que Herman, el enorme y desternillante papá de la antígua serie de televisión "Los Monsters", que tantas risas nos ha producido a los que no somos ya muy jóvenes. Lo pongo en el foro porque me ha parecido curiosamente monstruoso.
Ángel
Ángel