Como a veces nos creemos que hemos inventado casi todo, pongo este post para bucear por el vocabulario y las andanzas de los tahures en el Siglo de Oro español (Siglo XVII), que ya se las gastaban buenas. (Doy las gracias a Arturo Pérez Reverte por recuperar todo esto).
O sea que hablamos de tahures o gariteros, sages, vivandores, coimeros, templones, cercenadores, caballos, astilleros y dancaires.
Y a qué jugaban por aquellas tascas: a dados y cartas, es decir, "que lo mismo ruedan brechas que aran con bueyes".
Dados, es decir, brechas, albaneses, hormigas, astas, peste, cuadros o Juan Tarafe.
Y baraja de naipes (bueyes), también conocida como catecismo, desencuadernada, huebra o libro real.
"En el garito se juegan lo mismo 'quínolas', 'polla' y 'cientos', que son juegos de sangría lenta, donde un palomo sangra el argento poco a poco, que el 'siete', el 'reparólo' y otros juegos de los llamados de estocada, por la rapidez con que dejan a un hombre sin dinero, sin habla y sin aliento".
En ese ambiente aparecen los tahúres, los fulleros, los "doctores de la valenciana, expertos en ahuecar el as, el rey, el siete o la sota en forma de teja o boca de lobo, astillarlo con una marca o un raspado o hacerle la ceja para reconocerlo, despluman a chapetones incautos con barajas a las que también llaman huebras".
"Llevan éstas los naipes (los bueyes) preparados y llenos de trampas, o flores, que son tan infinitas como el ingenio: berrugueta, ballestón, tira, cristalina, alademosca y panderete".
"No se fía del tahúr que lo despluma, y lo observa con mucho cuidado intentando descornarle la flor, atento a si hace 'amarre' (que es trampa para que salga cierto naipe), o 'retén' (también llamado 'salvatierra'), reteniendo el siete de matantes, o de espadas, que en germanía se conoce como 'setenil', 'ronda' o 'cueva del becerro'".
A veces los incautos se percataban que el tahur tenía un compinche que le chivaba las manos de los contrarios
:
"Empieza a olerse que la alicantina se la fragua un doble del fullero, que a su espalda, dándoselas de curioso, puede estarle haciendo el espejo de Claramonte, pasándole al otro señas para soplarle los 'palos vacíos' (el cinco de bastos), 'la calle del puerto' (el seis de copas) y 'la puta de copas' (la sota) que nuestro bravo tiene en las manos y que el otro le avizora, o columbra, por encima del hombro. Al fin se vuelve el rufo a decirle al apuntador que se quite de ahí".
En fin. Espero que os guste
O sea que hablamos de tahures o gariteros, sages, vivandores, coimeros, templones, cercenadores, caballos, astilleros y dancaires.
Y a qué jugaban por aquellas tascas: a dados y cartas, es decir, "que lo mismo ruedan brechas que aran con bueyes".
Dados, es decir, brechas, albaneses, hormigas, astas, peste, cuadros o Juan Tarafe.
Y baraja de naipes (bueyes), también conocida como catecismo, desencuadernada, huebra o libro real.
"En el garito se juegan lo mismo 'quínolas', 'polla' y 'cientos', que son juegos de sangría lenta, donde un palomo sangra el argento poco a poco, que el 'siete', el 'reparólo' y otros juegos de los llamados de estocada, por la rapidez con que dejan a un hombre sin dinero, sin habla y sin aliento".
En ese ambiente aparecen los tahúres, los fulleros, los "doctores de la valenciana, expertos en ahuecar el as, el rey, el siete o la sota en forma de teja o boca de lobo, astillarlo con una marca o un raspado o hacerle la ceja para reconocerlo, despluman a chapetones incautos con barajas a las que también llaman huebras".
"Llevan éstas los naipes (los bueyes) preparados y llenos de trampas, o flores, que son tan infinitas como el ingenio: berrugueta, ballestón, tira, cristalina, alademosca y panderete".
"No se fía del tahúr que lo despluma, y lo observa con mucho cuidado intentando descornarle la flor, atento a si hace 'amarre' (que es trampa para que salga cierto naipe), o 'retén' (también llamado 'salvatierra'), reteniendo el siete de matantes, o de espadas, que en germanía se conoce como 'setenil', 'ronda' o 'cueva del becerro'".
A veces los incautos se percataban que el tahur tenía un compinche que le chivaba las manos de los contrarios
:
"Empieza a olerse que la alicantina se la fragua un doble del fullero, que a su espalda, dándoselas de curioso, puede estarle haciendo el espejo de Claramonte, pasándole al otro señas para soplarle los 'palos vacíos' (el cinco de bastos), 'la calle del puerto' (el seis de copas) y 'la puta de copas' (la sota) que nuestro bravo tiene en las manos y que el otro le avizora, o columbra, por encima del hombro. Al fin se vuelve el rufo a decirle al apuntador que se quite de ahí".
En fin. Espero que os guste
