Os voy a contar un hecho, al menos curioso, que me sucedió. La historia comienza hace tres o cuatro años aproximadamente. Era el día de mi cumpleaños y mi madre todo obsequiosa me entregó un pequeño paquete envuelto por ella misma y que contenía: ¡¡un ganso¡¡ No era un ganso de verdad, si no una figurita de porcelana del tamaño de una mano aproximadamente y que alargaba el cuello para poder colocarla en el borde de un estante o lugar similar.
Puse una sonrisa de compromiso, mientras me preguntaba si no se había dado cuenta que a mis veintimuchos años algo similar pues no es el regalo más adecuado. No sé, un libro, cualquier otra cosa. Pero ¡un ganso de porcelana¡¡Quién tiene un ganso de porcelana puesto en su habitación¡
Al principio, la figura la coloqué en un lugar secundario, medio escondida, pero mi madre enseguida la puso en un lugar prevalente de mi cuarto, junto a los libros de cabecera.
Por no ser descortés, respeté su nueva ubicación pero cada dos por tres los libros empujaban a la figura que se precipitaba hasta el suelo y plaf, el cuello quedaba quebrado. El remedio consistía en coger el pegamento, volver a unir las dos piezas (cabeza y cuerpo) y colocar de nuevo tan dichosa figurita. En una ocasión, de las numerosas en las que el azar hizo que se cayera al suelo, pensé en tirarla a la basura y ahorrarme todo el trabajo de recomponer piezas cerámicas, pero en última instancia la figura volvió a su sitio.
Pasó el tiempo y el ganso se fue aclimatando al entorno de mi vida. Yo también me fui adaptando a su mirada burlona alargando el cuello bajo el estante.
La vida da muchas vueltas, desapareció en mi vida la magia más excelsa la del amor y decidí que entrara en mi vida otra magia. Así me inicié en el ilusionismo, hace algo menos de un año. Aquella afición se convirtió en una pasión, en el motivo de las primeras sonrisas tras la pérdida, un nuevo sentido para mi vida. Después de conocer juegos con apariciones, desapariciones, cartas, pañuelos...tocaba el turno a conocer algo del origen de la magia. Empecé aquel relato en el que alguien contaba que uno de los primeros magos conocidos en la historia pertenecía a la corte egipcia y que el juego por el que era renombrado era... cortar el cuello a un ganso y después recomponerlo.
¿Alguien cree que existe la magia?
P.D: Real como la vida misma.
Puse una sonrisa de compromiso, mientras me preguntaba si no se había dado cuenta que a mis veintimuchos años algo similar pues no es el regalo más adecuado. No sé, un libro, cualquier otra cosa. Pero ¡un ganso de porcelana¡¡Quién tiene un ganso de porcelana puesto en su habitación¡
Al principio, la figura la coloqué en un lugar secundario, medio escondida, pero mi madre enseguida la puso en un lugar prevalente de mi cuarto, junto a los libros de cabecera.
Por no ser descortés, respeté su nueva ubicación pero cada dos por tres los libros empujaban a la figura que se precipitaba hasta el suelo y plaf, el cuello quedaba quebrado. El remedio consistía en coger el pegamento, volver a unir las dos piezas (cabeza y cuerpo) y colocar de nuevo tan dichosa figurita. En una ocasión, de las numerosas en las que el azar hizo que se cayera al suelo, pensé en tirarla a la basura y ahorrarme todo el trabajo de recomponer piezas cerámicas, pero en última instancia la figura volvió a su sitio.
Pasó el tiempo y el ganso se fue aclimatando al entorno de mi vida. Yo también me fui adaptando a su mirada burlona alargando el cuello bajo el estante.
La vida da muchas vueltas, desapareció en mi vida la magia más excelsa la del amor y decidí que entrara en mi vida otra magia. Así me inicié en el ilusionismo, hace algo menos de un año. Aquella afición se convirtió en una pasión, en el motivo de las primeras sonrisas tras la pérdida, un nuevo sentido para mi vida. Después de conocer juegos con apariciones, desapariciones, cartas, pañuelos...tocaba el turno a conocer algo del origen de la magia. Empecé aquel relato en el que alguien contaba que uno de los primeros magos conocidos en la historia pertenecía a la corte egipcia y que el juego por el que era renombrado era... cortar el cuello a un ganso y después recomponerlo.
¿Alguien cree que existe la magia?
P.D: Real como la vida misma.