Historia de la magia, biografía de personajes relevantes, anécdotas
#131225 por Daroca
28 Feb 2010, 03:08


Yo quisiera
volver a encontrar la pureza,
nostalgia de tanta inocencia
que tan poco tiempo duró.

Con el veneno sobre mi piel,
frente a las sombras de la pared
miro hacia atrás y busco entre mis recuerdos.

Y si las lágrimas vuelven,
ellas me harán más fuerte.



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Estoy intentando recordar cómo veía la Magia cuando era profano, y era Magia de verdad.

¿Qué recuerdos tenéis de momentos o efectos que os impresionaron cuando erais profanos? Lo que me interesa recordar y aprender es cómo ve la Magia un profano al que de verdad le guste la Magia. ¿Podríais contar algún efecto concreto que os impresionara y lo que sentisteis? ¿En qué cosas os fijabais, qué es lo que os llegaba más? Yo tengo grabados en mi memoria cinco juegos o así que vi hacer a diferentes magos, de cuando empezaba con la Magia, de cuando no sabía casi nada y casi todo me engañaba, y recuerdo todos los detalles de lo que me impresionó, muy definidos. Desde entonces no volví a sentir nunca más lo mismo, y cada cierto tiempo lucho por recuperar aquella inocencia virginal, sin éxito. Si veo que la gente se anima, a lo mejor me animo a contar lo mío también.

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#131245 por Fernando Yuste
28 Feb 2010, 21:48
Yo tengo grabado en mi memoria los "Centauros del Desierto" de Tamariz. Me enamore de ese juego, la historia y la forma de contarla Tamariz....y ese final:

"....y cuenta la leyenda que de ese cruce entre sirenas y centauros, nacieron los caballitos de mar..." ¡Precioso! todavía de me ponen los pelos de punta.
#131251 por Daroca
28 Feb 2010, 23:57
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Uno de los míos:

Regresaba del colegio y en mi camino estaba Galerías Preciados (unos grandes almacenes que ya no existen). Siempre pasaba por la planta baja porque había muchas cosas para ver, y de paso acortaba el camino.

De repente, al pasar por la sección de televisores, en la que la mayoría estaban encendidos emitiendo la progamación de ese momento, me recorre un escalofrío.

En la pantalla sale la cara de David Copperfield.

No era el primer especial, ya había visto otro suyo en la televisión de mi casa, ya le conocía. Pero éste me había pillado de sorpresa. Fue una mezcla de disgusto con fascinación. Disgusto por haberme pillado en plena calle y fascinación porque soñaba cada día con volverle a ver actuar. Afortunadamente parecía que estaba empezando el programa.

Yo ya sabía algo de magia pero poco. En aquella época seguía los programas de Juan Tamariz "Por arte de magia".

Con ese sudor frío por haberme pillado in fraganti el apoteósico acontecimiento, me acerco al televisor. La cara del jovencísimo David aparece en primer plano. Sus manos, esas manos incomparables como nadie más que él las tiene, se mueven elegantemente rozándose, cubriéndose por zonas una con la otra. Todo indica que está realizando un juego, que está a punto de pasar algo maravilloso entre sus manos.

Pero ¿qué? ¡NO TIENE NADA EN LAS MANOS! Yo sabía algo de magia, tenía libros, conocía el empalme clásico, el empalme a la italiana, intentaba practicarlos. Pero David no tenía nada en las manos. Si iba a ocurrir algo, tenía que ser Magia de verdad, porque no tenía ninguna moneda en el clásico, ninguna carta en el empalme interno o dorsal.

Sin saber qué iba a pasar ya estaba transportado, porque era evidente que algo iba a suceder. Y no había nada en esas manos tan finas y estéticas que daba gusto simplemente verlas moverse.

De repente, en un movimiento suave aparece entre sus manos una chapa con su efigie grabada. Y yo que casi me caigo desmayado.

No me preguntaba cómo lo había hecho. Pero no porque no quisiera preguntármelo por ser fiel al espíritu del buen espectador, sino porque su presentación no daba lugar a esa pregunta; no era un reto, era belleza plástica pura. Simplemente lo percibía como MAGIA. No sabía cómo era, porque la MAGIA no se sabe cómo es, porque sencillamente no es, no es de ninguna forma.

Con otro movimiento suave, para rematarme, cubre brevemente con sus dedos estilizados y limpios la parte inferior de la chapa y aparecen unas llaves colgando, haciendo que la chapa jugara el papel del llavero correspondiente.

¡AAAAAHHH!, a mí me da algo. Y no estoy en mi casa, me faltan unos 500 metros para llegar.

¿Qué hago? Tengo que pensar. Tengo que fastidiarme, aceptar perder unos minutos del espectáculo y correr a mi casa para verlo cómodo, porque además creo recordar que aquella televisión tenía el volumen bajado. Así que salgo de Galerías Preciados y voy a mi casa lo más aprisa que puedo; allí enciendo la tele y me siento con los zapatos puestos, casi con la cartera puesta al hombro, a seguir viendo La Magia de David Copperfield.

Aquellas manos desnudas del televisor de Galerías Preciados con el rostro de David como fondo -porque las subía a la altura de la cara para que se le vieran los ojos y personalizar el juego, para llenarlo con la comunicación de la mirada-, eran Magia pura. Después leí un artículo de cómo se hacía esa aparición, y por fin tengo grabado ese especial y puedo verlo cuando quiero... Pero no es lo mismo. Ahora lo disfruto, pero ya sé cómo se hace. He perdido la inocencia. Valoro mil detalles, gozo... pero ya no es Magia,... es magia, que no es lo mismo. Aquella vez fue Magia de verdad, sin truco, SIN TRUCO, NO TENÍA TRUCO. Aunque lo tuviera, pero NO LO TENÍA. Esa es la gran diferencia. Cuando eres profano y te gusta la Magia, esta no tiene truco.

Recuerdo que a Bárbara -la mujer del genial organizador de eventos y mago Ángel Valera- y a nuestro amigo y excepcional cronista Pinky, les hice un juego hace un par de años. Le pregunté a Bárbara si era también maga, por comentar un poco la parte técnica con ambos, y me contestó que le encantaba la Magia, pero que tuvo que decidir entre dos caminos: ser maga o ser espectadora. Y que después de meditarlo decidió que iba a seguir el camino de la espectadora, porque consideró que era el mejor o que a ella era el que más le gustaba. ¡Qué buena e inteligente decisión!


Esto es lo que vi. Con vosotros, LA MAGIA DE DAVID COPPERFIELD:

#131467 por Daroca
07 Mar 2010, 03:06
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Cuando tenía 11 años vi esta película por la tele. "El gran Houdini" con Tony Curtis.

Hasta entonces había visto magos por la tele. Nunca me habían atraído demasiado; los veía un poco sosos. Recuerdo mucha paloma, pañuelos, multiplicaciones de velas, música de fondo, vestidos como para dar un concierto de violín, y siempre acababan con la jaula de las palomas cubierta por un pañuelo -que no sabía porqué, la tela temblaba mucho cuando levantaban la jaula-, y luego desapareciendo tras lanzarla al aire. Me parecía un rollo.

Y un día vi esta película. Sería sábado por la tarde, que es cuando ponían las películas. Había dos películas fuertes a la semana, ambas los sábados: la de Sesión de tarde y la de Sesión de noche o Sábado cine, y no sé si será por la escasez pero eran como dos diamantes a la semana, se las valoraba un montón. Hoy en día no se puede comprender, pero hubo una vez en que cualquier persona que iba por la calle un sábado estaba contenta, y era porque ponían dos películas por la televisión (y posteriormente, con la de La Clave, tres ¡El acabose!). Ya sé que es imposible de comprender. Igual que hubo una época y sólo una época en que los lunes no fueron pesados para nadie, porque por la noche ponían un programa llamado Un Dos Tres. Los jóvenes pensarán que eso no puede ser cierto. :lol:

Me fascinó. Algo me tocó el corazón. Ese colorido, ese dinamismo y vistosidad del cine americano de esa época dorada del tecnicolor, y Houdini desatándose los fuertes nudos y liberándose de esposas. Nunca había visto escapismo y aquello me pegó fuerte. Esa película me cambiaría la vida; desde entonces habitó la magia en mi corazón, a veces más despierta y otras veces medio adormilada.

No sabría explicar por qué me atrajo. El colorido, el ritmo, las proezas de Houdini, la aventura... Para mí Houdini es Tony Curtis. Respeto mucho al Houdini histórico, pero para mi Houdini tiene la cara de Tony Curtis. Es así.

En los días posteriores ahí estaba yo diciéndole a mi padre que me atara las manos y que me liberaría antes de tres minutos. Por lo menos lo intentaba. Houdini era aries, yo también; los aries tenemos pasión por el escapismo porque no soportamos las ataduras, somos libres, independientes, y además nos excitan los retos enormemente.

Tuve que esperar años y años y años para volver a ver esta película, porque un día la pusieron de nuevo por televisión y me negué a verla porque estaba empezada. Lo sagrado es lo que tiene.

El fragmento que he escogido es mi favorito. Empieza con una liberación rápida de esposas ante su ídem, y continúa con una de las secuencias mejor dirigidas que conozco: el concurso de la camisa de fuerza: el cambio de planos, las miradas de los tres personajes implicados, la música, el ritmo trepidante, la gotita de sudor, y esa mano...¡esa mano triunfal que asoma por los bajos de la camisa de fuerza! Y todo dentro de un contexto dramático que se vive como real. ¡Magia pura!

Y mi otro fragmento favorito son los títulos de crédito de la introducción. Esas letras en color rojo alternadas con otras de color negro. Fondo blanco y marco dorado. Todo bajo una marcha alegre. Dura un minuto y no dice nada en realidad, pero para mí resume el espíritu real de toda la película: http://www.youtube.com/watch?v=eXyUFCF4P0Y La parte que le sigue, que es cuando Harry conoce a Bess, con algunos juegos realizados por Tony Curtis, es también absolutamente deliciosa y mágica.

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#131478 por Mr Sandman
07 Mar 2010, 12:56
Recuerdo perfectamente el día que ví esa película...también me impactó. :shocking:

Si pienso en magia de mi infancia me viene a la mente la expresión:

"Polvos de la madre Celestina, polvos del padré Cucharón"

No sé donde ni cuando la oí, pero se me quedó grabada.

¿A alguien le suena?
#131509 por Daroca
08 Mar 2010, 02:32
Sí, Mr Sandman, me suena la primera parte, lo de la madre Celestina. Se decía mucho. Supongo que hace referencia a La Celestina, en la que el personaje protagonista menciona una serie de mejunjes y productos rarísimos que utilizaba. La expresión no sé cómo se haría popular, si sería por contagio a partir de alguien que la utilizara, o bien saldría en alguna obra de teatro antigua y de ahí pasó al habla del pueblo. Pero sí, es una expresión con mucha solera que parece que ya no se usa.




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Antiguamente había sed de magia. Y conforme nos vamos hacia atrás, más sed, más hambre. No se veía magia por ninguna parte.

Es frecuente encontrar opiniones de los que vivieron aquella época que dicen que aquello, paradójicamente, era muy bueno, porque para un aficionado a la magia, ver un mago era como ver a un visitante de otro mundo, que estás todo el rato con la boca abierta. Y cada juego, cada secreto de los pocos que podías acceder a conocer, lo valorabas muchísimo. Hoy en día hay de todo en todas partes. Si uno quiere ver magia un día que esté aburrido, se pone Youtube y puede pasarse un mes, día y noche, viendo Magia, si pudiera permanecer despierto.

Yo recuerdo el programa FANTÁSTICO, dirigido y presentado por Jose María Íñigo. Lo ponían los domingos por la tarde y duraba cinco o seis horas. Venga variedades: entrevistas, humor, canciones, secciones diferentes... Y un buen día, empezó una sección fija llamada MUNDO MÁGICO. Creo que fue porque, según contaron en alguna revista, Iñigo se aficionó y hacía sus pinitos como ilusionista.

Desfilaron muchos magos. Recuerdo a un mentalista, Tony Binarelli, que presentaba sus experimentos mentales con una música que tenía el poder de ayudar a leer la mente. Decía a la espectadora "escuche la música de la quinta dimensión"... Yo me lo creí, así de claro. Decía: "bueno, es que esto no es magia, esto es que lee la mente, esto es verdad". :lol:

Y de magos recuerdo especialmente, porque venían mucho al programa, a nuestro Pepe Regueira y a Gustavo Lorgia, mago colombiano.

El tono particular de la voz de Pepe Regueira está grabado a fuego en mi memoria. Me suena a magia cada vez que lo escucho (hace muy poco que puede verse algo suyo en Youtube). Con su técnica inteligentísima de humor serio y a base de chistes, es decir, hacer magia contando chistes que tenían una muy ligera relación con el juego, pero te reías y luego venía el mazazo. Relacionaba lo que estaba haciendo con cualquier tema y empezaba a contar "yo tenía un tío que tal y que cual..." chiste va, chiste viene (sin una sola sonrisa), mientras montaba la cosa, y luego el efecto. A mí me gustaba mucho. Está muy bien ese estilo de magia y humor, parece que no, pero queda muy bien y es muy socorrido y fácil de hacer. Aunque hay que valer, como todo. Aquí le vemos en un vídeo bastantes años después -muy mal tomado por el realizador-, aunque aquí no emplea aquel estilo cómico que le caracterizó. Después presentaría su celebre chapeaugrafía o rutina con un sombrero, que es una de las cumbres más altas a la que ha llegado la magia cómica española (aunque no era magia sino hacer mil y un sombreros a partir de una pieza de tela)



Gustavo Lorgia era un sueño verlo. A mí ya me apasionaba la magia y desgraciadamente no la veía casi nunca, ni en la tele ni en ningún sitio. Y de repente salían esas letras anunciadoras de la sección: MUNDO MÁGICO. Se te ponía la carne de gallina. Y salía un jovencísimo Gustavo Lorgia (creo que el nombre era LORGIA JUNIOR). Me gustaba porque era un mago clásico, aunque con vestuario de smokings de diversos colores, creo recordar. Presentaba muchos de los juegos clásicos que yo tenía referenciados en la Enciclopedia de la Magia de Antonio de Armenteras y no había visto en mi vida. Entendía que era un mago como tenía que ser. Al grano y las cosas bien hechas. Era verle y era estar con la boca abierta, porque además, no existía el grabador-reproductor de vídeo; lo que veías sabías que nunca jamás lo volverías a ver, y si cerrabas los ojos en el momento clave te lo perdías para siempre. Es que era otro mundo, más intenso, con más valor para cada cosa, que hoy despreciamos porque la tenemos cuando queremos.

Solía presentar la magia hablada, cosa que me gustaba porque me ayudaba a centrarme. La muda siempre la he visto un tanto distante. Ese rostro suyo pícaro, juvenil siempre e inconfundible, su figura pequeñita -o por lo menos eso parecía en la tele-, su sonrisa, todo me suena a magia fascinante, como la sentía entonces. Aquí lo tenemos en su número profesional que resume algunos de sus clásicos preferidos.

#131741 por Daroca
14 Mar 2010, 04:10
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Juan Tamariz, todavía más joven de lo que es ahora, con Juan Escolano. Quizá la imagen que tenía en el tiempo del que hablamos.


El programa Tiempo de Magia, en blanco y negro, allá por los setenta y pocos, creo que fue el primer programa enteramente dedicado a la Magia que pudimos ver en televisión española. Julio Carabias y Juan Tamariz. Yo era muy pequeño y no recuerdo nada. Sólo un juego con ceniza (que ahora sé que tendría que ser el viaje de ceniza de una mano a otra del espectador) y un cambio de color de navajas (en televisión de blanco y negro, con lo cual teníamos que fiarnos del asombro del público y detectar cierto cambio de tonalidad grisácea en la navaja :lol: ). No me acuerdo de nada más. Supongo que harían mucha cartomagia, pero no me acuerdo que saliera una sola carta :lol: . Bueno, recuerdo tener la impresión (yo era un niño pequeño que no sabía nada, aclaro) de que el importante y el bueno de verdad era Julio Carabias, y que Juan Tamariz era un mago que le acompañaba para hacer bulto :lol: y también que en el primer programa, para decir que no iban a utilizar trucos de cámara realizaron un juego con truco de cámara, que era chasquear los dedos y que a cada uno le apareciera una chica en brazos. Eso es lo único que ha perdurado en mi memoria con el paso del tiempo, jaja.

Con ustedes, un genio de la comedia: JULIO CARABIAS (en un programa posterior: "Por arte de magia". Quedé superimpresionado por la vis cómica que desarrolla en esta actuación):













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Magic Circus de Mark Wilson fue un programa de televisión entero de Magia. Era un derroche. Acostumbrados en aquel tiempo de principios de los ochenta a dar las gracias arrodillándonos :alabanza: ante cualquier número de magia que se incluyera en un programa, el poder ver por televisión un programa completamente dedicado a la magia: cerca, salón, escena, infantil y grandes ilusiones, era un despilfarro; era estar en Jauja.

Mark Wilson era mi héroe. Con esa particular forma de mover las manos, era un mago todoterreno, como Lorgia Junior. Tocaba todo tipo de magia. Hay un juego especialmente característico de Mark Wilson: la mujer partida en una locomotora. Precioso y muy bien ideado; lo llamativo de la locomotora reduce el análisis minucioso que cualquier espectador somete a las cajas típicas para partir señoritas, y da un toque gracioso y curioso muy especial. Se ve muy mal pero vale la pena por lo histórico y lo interesante que es. El chavalín es el hijo de Nany y Mark.

#131777 por Daroca
15 Mar 2010, 03:16
Magic Circle Theatre
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Foto grande del interior del teatro: https://www.regonline.co.uk/custImages/ ... 0small.jpg


Cuando yo era dieciocho años viejo fui de viaje a Londres.

Se trataba del viaje de COU (el 2º de Bachillerato de ahora), en las vacaciones de Semana Santa. Paris-Londres. En unas horas libres que nos dieron a los alumnos me despegué del grupo, tomé un taxi y le di al conductor la dirección de un par de tiendas de magia: Davenport's y Alan Alan, ambas junto al Museo Británico. Era la primera vez que entraba en una tienda de Magia y estaba levitando sin truco. En Davenport's encontré casualmente a un chico español, que me hizo el juego de la palita semáforo y me dijo que le volvía loco la magia. Me compré una caja Okito, unos aros chinos pequeños (un juego de cuatro) y un poco de cera para magos que nunca utilicé. En Alan Alan, el mago que la regentaba era un tipo genial, atendía con un imperdible ensartado en la nariz (trucado, claro), se notaba que le iba la broma y la guasa. Tenía una foto con David Copperfield, porque intervino en uno de sus primeros especiales para televisión como escapista (aunque entonces yo no lo sabía).

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Y allí me enteré de que estaba anunciada una gala del Magic Circle al día siguiente. Así que, mientras mis compañeros paseaban por Londres, mis taxis y yo acudimos a ese teatro mágico. En el vestíbulo había un conejito gigante repartiendo programas -solamente eso ya me volvió loco-. Me siento en el palco y comienza el espectáculo. Se abre el telón y se ve un pato de madera. Sale el presentador, le dice al pato que se largue y éste se va hacia los bastidores haciendo girar una rueda con patitas dibujadas. Yo ya no necesitaba ver más, estaba en Jauja. Y a partir de entonces, magos, magos y venga magos, hasta hartarse; de escena, mentalismo, grandes ilusiones, cómicos, serios... Era el paraíso terrenal. El que más me gustó fue el segundo, un chico que presentaba la baraja invisible; me sorprendió cómo desarrollaba una simpatía tremenda y llenaba completamente la escena con tan solo una baraja.

La recuerdo como la mejor sesión de magia que vi en mi vida.

Magic Circle
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Sobre el escenario.
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Ali, ali,... cuando contemplo el firmamento sé que estás haciendo magia en el Cielo y que estoy viendo la parte de atrás de tu mítica chaqueta estrellada.
#132066 por David_González
24 Mar 2010, 23:51
Yo recuerdo que de peque me encantaban los especiales de Copperfield. Curiosamente el único recuerdo claro a lo largo del tiempo (antes de que volviera a ver mucho despues esos programas) era cómo atravesaba los barrotes de su celda para escapar en el especial de la fuga de Alcatraz. No sé porqué entre tanto efecto grandioso fue ése el que se me grabó.

Y tengo otras dos recuerdos antes de iniciarme en la magia: a Juan Tamariz en un, dos, tres haciendo la invisible y a Pendragons haciendo la mujer cortada con caja transparente y su metamorfosis (ahí ya había empezado con la magia de cerca pero no sabía nada de grandes ilusiones).
#132116 por setem91
27 Mar 2010, 23:51
yo tendria como mucho 6años cuando en la Televisión de Galicia dentro de la programación infantil daban "Manda Truco" donde las manos de Luis Boyano descubrian trucos que luego me tenian que aguantar mis familiares una y otra vez :lol:
Luego empezaron los libros cada vez menos infantiles y loq más ilusión me hizo... cuando encontré una baraja de poker entre mis regalos de cumpleaños!!

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#132400 por Daroca
05 Abr 2010, 15:40
Yo era un pipiolo de 17 años que nunca había visto a un mago en directo, sólo por televisión. Me habían comprado varios libros de Magia en librerías o en la Feria del Libro, porque a veces se colaba alguno de este género. Creo que fue en la feria del libro donde descubrí un libro de Raúl Melo Dait: MAGI TÓRTOLA ILUSIÓN, de Magia con tórtolas. Decía: "sólo para profesionales y buenos aficionados", lo que acrecentó más mi interés, eso eran ya palabras mayores: profesionales, un libro poco menos que secreto, iniciático.

No me sirvió de mucho lo que contenía, pero en las últimas páginas venía un mundo de color escrito en negro sobre blanco. Era nada menos que una lista de los libros de Magia en español, y lo mejor de todo: direcciones de tiendas de magia. Escribí a todas solicitando catálogos: MÁGICUS Ramblas, 30 BARCELONA-2, LA CASA DE LOS JUEGOS, Zaragoza, 4 - MADRID-2 y EL REY DE LA MAGIA. Princesa, 11 - BARCELONA - 3. Sólo la primera estaba en activo y me envió catálogo. También venían direcciones de sociedades mágicas de todas las naciones y un catálogo de revistas. La única dirección de editorial de revista que salía era la de Misdirección Gen, editada por Ricardo Marré Burcet; le escribí y en los siguientes años recibí los números.

Era una gozada leer los títulos de aquellos libros, porque movían la imaginación a pensar en todos los tesoros que podían contener. Me llamaban mucho la atención los que eran sistemáticos, en plan de lecciones serias: como "Curso de Magia" de Robert Veno (12 tomos), "La Magia" de E. Macías (10 tomos), "La prestidigitación práctica en 10 lecciones" del genuino Daroca, o "Lecciones de Ilusionismo" de Alfredo Florensa Casasús (decía: la más completa obra sobre el ilusionismo que se ha escrito. En el momento de escribir este libro, ha salido la lección número 46. Editado por el autor: C/ Ortega y Gasset, etc.). Era lo que estaba necesitando, no un libro de magia con algunos juegos (ya tenía cerca de 30) sino una obra pensada para enseñar desde el principio y de manera sistemática.

Y no me lo creía, estaban editadas en español las obras de Robert Houdin: MAGIA DE SALÓN I y II, EL TEATRO FANTÁSTICO, EL ARTE DE GANAR EN TODOS LOS JUEGOS I Y II (¡Trampas en el juego! ¡Qué gozada!) y LOS SECRETOS DE LA PRESTIDIGITACIÓN Y DE LA MAGIA. Yo creía que cuanto más renombre tenía el mago, mejor era la obra, y empecé a comprar libros de la Editorial Sintes y a practicar todas aquellas técnicas del siglo XIX, obsesionándome especialmente con el salto clásico. ¡Qué torpe era que no era capaz de hacerlo invisible! Me ponía ante el espejo, y por mucho que lo cubriera con las manos y por rápido que lo ejecutara notaba que estaba haciendo algo. ¡Qué depresión! Lo primero que pedía a los magos que conocí después era que me hicieran el salto (a todos se les veía como a mí, y me decían que lo cubriera con movimiento, con misdirección...¡Aaaaah, amigo, si llego a saber que no es tan fácil la invisbilidad en aquellos años de tortura y frustración con el dichoso salto!).

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Escribí a Florensa para pedirle su obra y me contestó muy amablemente (en una carta supermetódica, como él, una carta plantilla escrita a máquina en donde estaban todas las respuestas posibles que se podía dar a alguien que te escribiera, y en la que él sólo tenía que marcar con una X las casillas de las frases con que te quería responder). Me dijo que su obra estaba agotada, y me recomendó un par de nuevos libros que pronto saldrían a la venta: CARTOMAGIA FÁCIL en dos tomos, de "juegos fáciles con cartas PERO BUENOS", y me dio un par de direcciones de buenos aficionados: D. Ángel Villalba y el Dr. Germán Oliver (Primer premio de Invención hacía algunos años). También me indicó las direcciones de nuevas casas de magia que yo desconocía: MAGIA en Madrid, SELECCIONES MÁGICAS y NESTY en Barcelona, EL DRAC MÀGIC en San Feliu de Llobregat, y que LA CASA DE LOS JUEGOS seguía en Madrid pero que se dedicaba poco a la Magia.También me confirmó que la SEI madrileña seguía en la Calle Aragón, 282 y me dio la dirección del presidente Manuel Lorente. Compré cosas en todas las tiendas, especialmente a Aleix Badet de EL DRAC MÀGIC. ¡Qué ilusión cuando recibía el aviso para ir a recoger el pedido en la oficina de Correos! Me gustaba esa espera tanto como después abrir y ensayar el juego.

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Escribí un par de cartas a estos dos buenos aficionados que vivían cerca de mí. D. Germán me contestó diciendo que ya estaba un poco retirado de la magia, pero Ángel, el que iba a ser años después mi maestro, se presentó en mi casa por sorpresa con la carta que le había escrito el día anterior en la mano. Yo esperaba una contestación por correo y me sorprendió verle ahí en persona. Era la primera vez que veía a otro ser humano que compartía mi afición. Sabía que existían magos, pero eran como mitos que veía por televisión. Es como si eres un cisne que naces entre patos, y te ves raro e incluso feo, como en el cuento, y de pronto ves otro cisne igual que tú, y dices: ¡pero si hay otros como yo! Es como encontrarte con un ser del mismo planeta del que tú procedes y del cual caíste un buen día en la Tierra en un accidente del platillo volante. No podía creerme que estuviera ante un mago.

Me preguntó qué mezclas falsas conocía y me enseñó a mezclar a la americana bien, porque no sabía separar los dos montones con elegancia antes de mezclarlos. Le enseñé cuatro cajones llenos de juegos de magia Borrás y de distintas cajas de magia de juguete, y mis cerca de 30 libros de Magia ("huy, pues de ahí puedes sacar bastantes cositas..."). Me dijo que como me entrara el gusanillo de la Magia, ya no se me iba a quitar, y me hizo un efecto con un dedal, un escamoteo de dedal muy bien ideado que le enseñaron en Barcelona cuando vivió allí (es diferente a lo que se describe en los libros, nunca después he visto descrita esa técnica, es buenísima, un escamoteo óptico y vuelta a aparecer).

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Este juego era una prueba de aptitud a la que sometía Ángel a los principiantes. Les enseñaba esto y les decía cómo iba, y entonces requería que el principiante dominara bien este juego antes de comenzar a enseñarle otro. Como la técnica costaba un poquito, había muchos curiosos que no superaban la prueba, que no tenían la raza para estar rompiéndose los cuernos para aprender la técnica. Otros sí que vencían el escollo, y entonces Ángel ya les continuaba enseñando más cosas. Era su filtro: "Oye, quiero aprender magia. _Vale, pues intenta dominar este juego que requiere cierta técnica. Si no lo consigues, no es porque no seas hábil sino porque no eres perseverante y no tienes verdadera afición, y por tanto ya no te enseño un segundo juego."

Y me invitó a ir a las reuniones que tenían lugar los sábados por la tarde. Ángel Villalba NIKOLO, Rafael Tecles Llopis RATEL'LO (Mago de honor en el VII encuentro de Almusafes), Juan José Hernández Mira, José Antonio Baeza y un chico que dejó de asistir pronto. Les hice un par de juegos de Magia Borrás en mi primera reunión -aunque no me habían pedido ningún tipo de examen- y bien, consideraron que podía estar allí oyendo.

A partir de entonces, todos los sábados por la tarde iba a aquellas tertulias mágicas. En un tiempo en donde estaba bien visto fumar en presencia de no fumadores, tenía que tragarme todo el humo, y en torno a las tónicas Schweppes que todos pedíamos, cada cual se traía algo para compartir (yo intentaba presentar los juegos que aprendía de la revista Misdirección Gen, muy mal hechos, y los demás me daban toquecillos de cómo debía mejorar mi ejecución). Recuerdo que cuando coincidía con Ángel en el camino de ida, le veía con una bolsa de plástico en la que sabía se escondían maravillas mágicas que luego iba a ver. Fue una etapa muy bonita.


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