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Este es un pequeño experimento que se me acaba de ocurrir.
Es muy obvio, pero bueno...

Precedente: (es un poco rollo así que os lo podéis saltar)
Vi en el messenger conectada pero en modo ausente a una amiga con la que quería hablar, así que le escribí pero no contestaba.
Me puse a escuchar música clásica (Va' pensiero de Verdi y Canon en Re mayor de Pachelbel) y para disfrutarla más, pues cerré los ojos.
Quería estar pendiente de si podría saber cuando me contestaba la chica.
Como supondréis, cuando cerramos los ojos, los párpados siguen dejando pasar algo de luz, y un cambio de luz se nota.
Me pregunté si sería capaz de percibir el botoncito volviéndose naranja, pero hasta que no contestara no lo podía saber así que hice una prueba en Paint. Dibujé un rectangulito en celeste y puse el puntero con el cubo de pintura preparado en naranja encima, cerré los ojos y "click" nada de nada.
Así que lleve el experimento a mayores dimensiones. Y a aprtir de aquí es la cosa.

Experimento:
Abre el programa Paint y maximiza el lienzo para que ocupe toda la pantalla.
Selecciona la herramienta de cubo de pintura y el color negro.
Pon el puntero en medio de la pantalla y cierra los ojos.
Haz click, y notarás, aún con los ojos cerrados, que sientes el cambio de color (claro, la diferencia de luz es duficientemente grande como apra percibirla).
Ahora puedes pasar al gris oscuro y hacer lo mismo.
Y después al gris claro.
Personalizando los colores puedes hacer todas las gamas de grises e ir viendo hasta qué punto eres capaz de percibir el cambio (sin engañarte a ti mismo que sabes que cuando haces click, la pantalla cambia! jeje).

Pues nada, una tontería pero no sé... tiene su cosa.

Un saludo!

Letang, es un experimento curioso, pero creo que tiene un punto flaco, y es que tu sabes cuando cambiará de color la pantalla y llegará algún momento en que te parezca percibir el cambio de color aunque no podrías hacerlo si no supieras cuando se produce.

Es algo parecido lo que ocurre cuando escuchas un pitido periódicamente que va disminuyendo de volumen hasta apagarse. Te parecerá seguir escuchándolo aún cuando no exista, o un sonido que aumenta o reduce constantemente su frecuencia hasta hacerse completamente imperceptible por el oído humano.