Sólo quería abrir un hilo de reflexión acerca de si sabemos o no estar en un escenario como espectadores. Los aplausos, todos lo sabemos, nos saben muy bien, y nos dan ánimos durante y nos premian después de la actuación. Pero creo que no sabemos distinguir, nosotros los ilusionistas, entre cuándo es preferible o incluso bueno aplaudir. La magia da para mucho, y se pueden presentar muchos espectáculos de magia. Por ejemplo, un espectáculo de magia de cerca con tono cómico creo que es más susceptible de aplauso, digamos, efímero, que un espectáculo de magia en escenario, con una puesta en escena y un desarrollo más... Profundo me sale decir, aunque no quiero que se me malentienda, ya que igual de profundo puede ser un juego de cartas que un acto de ilusionismo de escena. A veces el aplauso sólo logra detener el ritmo de un acto que transcurre a través de efectos mágicos. Este tipo de actos, creo, han de ser paladeados hasta el final, como cualquier obra de teatro, por ejemplo. Por ello creo contraproducente el interrumpir con aplausos cada vez que aparezca un pañuelo o desaparezca un cigarro. El espectáculo ha de conseguir que la atmósfera mágica envuelva todo y que nos olvidemos de que estamos ante un mago que hace trucos que hay que felicitar cuando se producen. Si bien no me estoy expresando bien, he puesto un enlace a un vídeo que creo ilustra perfectamente este asunto. Es el acto en La Coruña del grupo mágico portugués (si no me falla mi fuente) ta na manga, en el cual se puede presenciar un acto con un ritmo fantástico, narrativo y que busca un desenlace a través de una historia en la cual se suceden escenas ilustradas con magia. El narrador va hablando, mientras el ilusionista hace el papel del protagonista cuya vida es narrada. El problema que aquí presento, es que instintivamente los magos se ven empujados a aplaudir cada vez que el ilusionista hace algo considerado como truco, lo cual elimina, al menos para mí, gran parte de la atmósfera que podría lograrse. Además, el aplauso, al ser tan continuo, se nota vaciado de sentido, pues se escucha arrancar de forma automática, sin poder verse como un auténtico premio.
Creo que ganaríamos mucho si nos planteásemos nuestros aplausos como algo más importante, y nos olvidáramos de insertarlos como interrupciones en los espectáculos de magia. Asimismo, creo que debería haber un cambio en muchos espectáculos de escena que, habiendo acabado una parte del acto, buscan con una sonrisa y un gracias el aplauso que justifique un parón en el ritmo. En mi opinión, el aplauso si es merecido, debería esperar al final, a menos que, en ocasiones especiales, se de un hecho especial que los pida a gritos, como es habitual en el Jazz en directo, pues los aplausos se funden con el propio ritmo de la música, aunque ésta vaya a uno, y los aplausos a ninguno.
Os dejo con esta maravilla de acto:
Mientras veía otro vídeo, he encontrado un tipo de acto que admite y exige realmente aplausos intermedios por su humor y su ritmo propio. Si se analizan las diferencias entre los aplausos, se podrá ver a qué me he estado refiriendo:
Creo que ganaríamos mucho si nos planteásemos nuestros aplausos como algo más importante, y nos olvidáramos de insertarlos como interrupciones en los espectáculos de magia. Asimismo, creo que debería haber un cambio en muchos espectáculos de escena que, habiendo acabado una parte del acto, buscan con una sonrisa y un gracias el aplauso que justifique un parón en el ritmo. En mi opinión, el aplauso si es merecido, debería esperar al final, a menos que, en ocasiones especiales, se de un hecho especial que los pida a gritos, como es habitual en el Jazz en directo, pues los aplausos se funden con el propio ritmo de la música, aunque ésta vaya a uno, y los aplausos a ninguno.
Os dejo con esta maravilla de acto:
Mientras veía otro vídeo, he encontrado un tipo de acto que admite y exige realmente aplausos intermedios por su humor y su ritmo propio. Si se analizan las diferencias entre los aplausos, se podrá ver a qué me he estado refiriendo: