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Cuando actuamos (especialmente de cerca) hacemos un juego, otro, otro. Seguimos porque vemos que lo que le estamos ofreciendo a nuestro público gusta. Sin embargo a veces no tenemos en cuenta dónde está la frontera entre el asombro y el cansancio.
Con la experiencia de los años, he comprobado que aunque nos quedemos con ganas de hacer más efectos, llega ese momento en que hay que saber terminar.
Aunque en nuestro maletín queden efectos sin hacer, tenemos que darnos cuenta que el momento ha llegado y hay que regojer y terminar.
El límite, aunque tenemos que determinarlo nosotros, no debe pasar de ese tiempo en que pueda llegar la indiferencia y el aburrimiento. Si fuera así, echaríamos por tierra el trabajo anterior.

¡¡ Digo yo !! Saludos, Melgar

Muy acertado, Juan Luís. Mi maestro Nikolo decía: "Siempre hay que dejar al público con hambre".

Con hambre de magia, claro. Porque en mis actuaciones reparto bocadillos para que el personal no se vaya.

¡¡ Digo yo !! Saludos, Melgar

Melgar, es completamente cierto lo que dices.

Cuando actúas en un sitio donde te pagan por la hora de magia que harás... haces la hora (ya la magia que hagas ahí es otro tema), pero cuando te piden por ejemplo que hagas algunos juegos... amigos, familiares, o en cualquier fiesta a la que vas (si, suele pasar que al final de la única persona que recordaran la profesión es la de ti, la del mago o maga) En estos casos, yo suelo hacer unos cuantos juegos… y cuando los veo a todos en el cenit de su asombro, con unas sonrisas que pa que, algunos acomodados ya… digo: bueno, y ahora para terminar voy a hacer uno que siempre me gusta para dejar buen sabor de boca.

Muchas veces se decepcionan, te dicen después que hagas mas… pero tu dices: otro día mas, que no quiero que gastéis mi repertorio (con una sonrisa) y ahí ya pues a veces te hacen preguntas acerca de tu profesión y resulta que aquello es como un epilogo bonito a tu actuación. Mucha gente me ha dicho en ocasiones que se alegran mucho de haber ido a la fiesta porque han aprendido muchas cosas que no sabían (como historia de la magia o curiosidades que cuentas después de la “breve” magia)

Lo que no hay que hacer es lo que he visto a veces. El mago, al ver que las dos o tres chicas que le miran están entusiasmadas… no para, a ver si al final puede conquistarlas del todo. Y he llegado a ver barbaridades… irme un rato a otro sitio, volver a la media hora o tres cuartos… y ahí sigue… ya con efectos de escasa calidad, porque los buenos que tiene ya muy rodados los hizo en los primeros 10 minutos. Y las chicas sonríen, pero ves que ya mas por compromiso… y siento a veces un poco de reparo por ellas y angustia por la situación, y eso que no soy yo el mago en cuestión.
Esto de las chicas es solo un ejemplo, hay muchos mas.

Si, todo tiene un límite y ese límite lo descubres con la experiencia.

Aunque se “enfaden” contigo… no sigas, el próximo día que te vean, vendrán con unas ganas tremendas de ver magia, mas de las que te imaginas.

Un saludo

Ivan Manso

¿Y si llevamos siempre un pequeño número de cerca? ... Eso hago yo.

Tengo unas rutinas encadenadas que siempre llevo encima (nada engorroso) y así puedo presentar un número ESTUDIADO (nada de hacer juegos aleatorios) de calidad aunque sea para los amigos, ellos también tienen derecho a ver buena magia, la única que se debería presentar.

Saludos!

Eugene Burger dice que lo ideal es hacer tres juegos. Primero uno muy muy corto y que capte su atención. Luego uno en el que se desarrolle tu forma personal de hacer magia, en el que se establezca una buena relación entre el mago y los espectadores. Y tras ese juego dices: "Permiteme mostrarte un último juego, ¿te apetece?". Y haces uno corto en el que tengas que entregar tu tarjeta (por una predicción por ejemplo).

¡A mí me parece una buena fórmula!

En mi caso, suelo llevar preparado un pequeño número de 5 efectos(uno de apertura, tres de desarollo y un último como final), aunque en ocasiones sigo la premisa clásica de hacer solo tres (introduccion, uno de desarollo y el fnal). Lo bueno de tener un pequeño número estudiado y estructurado es que te permite acortarlo, si la situacion lo requiere, de forma que la estructura dramática no se debilite.

En mi opinión, no se deberían hacer juegos al azar según te vengan a la cabeza.