Mago.alberto, aparte de los buenos consejos que te darán, te voy a decir un truquillo que creo sirve mucho para mejorar la expresión, tanto oral como gestual.
Coge un juegos de tu repertorio, y lo que tienes que hacer es ensayarlos sin material, sin nada en las manos, pero tampoco simulando que coges cosas invisibles. No, sin acciones físicas, sencillamente expón la charla a un hipotético auditorio, intentando amenizar o suscitar interés solamente por lo que dices y cómo lo dices. Eso te hará quedarte a solas con tu expresión oral, sin que las maniobras mágicas te entorpezcan o te ayuden a caminar como si fueran muletas. Y después, haz lo mismo pero delante de un espejo, mirándote la cara, los gestos, enfrentándote con tu posible cara de palo, y donde no tienes más remedio que desarrollar cierta expresividad porque si no tendrás pena de ti mismo. A muchos magos nos cuesta hacer esto, nos da miedo la soledad de presentarnos únicamente con nuestro cuerpo y nuestro rostro, y necesitamos la apoyatura del material y de nuestros efectos mágicos como el niño que se coge a la mano de su papá (en realidad, para muchos o para algunos de nosotros, la magia es una máscara, detrás de la cual estamos nosotros, seres inseguros que creemos necesitar la máscara de los efectos mágicos para tener una personalidad atractiva; no digo todos, que nadie se ofenda ¿eh?, sólo algunos, por ejemplo yo).
Es eso en resumidas cuentas. Deja las cartas, las monedas y los pañuelos a varios metros de ti, y ponte frente al espejo a contar la charla a un público imaginarlo; tú y el espejo, a solas. Y trata de hacer sentir magia únicamente contigo mismo como material. O aprendes o bien no podrás soportarlo y dejarás pronto el ejercicio, una de dos; yo creo que el pájaro que se lanza al aire, acaba volando por instinto.