Presentación, psicología, técnicas teatrales,...
#105040 por Daroca
09 Ago 2008, 19:56
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Aquí caben muchos temas. Me gustaría comentar ahora uno de ellos.

Hay personas que lo pasan mal cuando asisten una sesión de Ilusionismo, sobre todo si es de escena. El motivo de que lo pasen mal es que TEMEN QUE EL ILUSIONISTA LES SAQUE A AYUDARLE. Y no es solamente porque recuerdan ejemplos donde el ejecutante ha ridiculizado a su espectador ayudante o no le ha tratado con el debido respeto, sino porque no les gusta convertirse en el centro de atención de todas las miradas por multitud de razones: timidez, baja autoestima, ir con un calzado no apropiado y que esperaban que nadie reparara en él o "unos pelos horribles, hija", complejos físicos, tartamudez cuando tenga que contestar, torpeza si tienen que hacer algo o comprender alguna instrucción, nervios,... Y encima preven que van a estar más torpes o nerviosos todavía por tener miedo, con lo que entonces tienen más miedo aún.

Creo que no hablo de casos para ir directamente al psicólogo de guardia, no hablo de terrores exagerados o fobias, sino de una aversión a que te saque el ilusionista a ayudarle que les hace estar incómodos y no respirar tranquilos hasta que no ha terminado el espectáculo.

Yo opino que el ilusionista debiera aclarar que va a pedir colaboración, pero que no va a sacar a nadie por propia iniciativa sino que siempre va a preguntar quién quiere salir, con la promesa de que la persona que salga va a ser tratada como un rey o una reina, con el máximo respeto. Eso, o bien decir que si alguna persona prefiere no salir, que le haga con el dedo un gesto negativo cuando el ilusionista se dirija a ella a preguntarle, y entonces no saldrá, con el fin -se dice- de que el que no desee salir esté tranquilo porque no lo hará. (Esto último es lo que dice Juan Tamariz - o decía en una ocasión en que asistí a un espectáculo suyo en un teatro-). Creo que no serviría decir solamente: "¿Te importaría ayudarme?" Porque aunque la frase incluye una pregunta, es una fórmula hecha que en realidad no espera respuesta, y eso se capta. Tiene que quedar claro que si uno no quiere no sale, sin tener para ello que oponer la más mínima resistencia.

¿Para qué sirve esto? A nosotros, para nada. A algunas personas del público, tampoco. Pero a otras les va a suponer la diferencia entre disfrutar del espectáculo o estar sufriendo en los momentos en que acaba un truco y empieza otro, ya con un espectador que no es él.



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#105041 por mymy74
09 Ago 2008, 20:50
Yo pienso que el publico es la razón de este arte, luego si amamos la magia debemos amar a nuestro público. Estoy contigo en que para el espectador no debe ser un "suplicio" el salir a colaborar con el mago, sino más bien un motivo de ilusión cuando acudes a un espectáculo. El respeto y las ganas de pasarlo bien se deben tranmitir desde el primer momento.

Si no tubieramos público no existtiriamos.

Un slaudo
#105046 por El Gran Pantuni
09 Ago 2008, 22:45
Daroca,

Aun entendiendo lo que dices tengo que discrepar de algún punto. Empezare diciendo que estoy totalmente de acuerdo en que hay que respetar al publico y hacerlo sentir como reyes, pero no acabo de coincidir en eso de que le demos total y libre elección en si quieren ayudar o no.

Te digo esto basado en una mala experiencia que tuve en mis años mozos.
En una actuación de las ferias del pueblo donde me toco actuar me las pase preguntando como tu dices por un alma caritativa que me quisiera ayudar en el escenario. Me llevo mas de 5 minutos sin exagerarte en una plaza de mas de 3000 personas dar con uno que ya viéndome desesperado se ofreció a salir a escena.
Ni que decir tiene que lo trate bien pero que curándome en salud no lo deje marchar del escenario y me ayudo al resto del espectáculo. :blink:

Depende del publico que te toque y la experiencia anterior que haya tenido este o de cosas que haya visto en televisión la técnica de la amable pregunta puede ser nefasta, sino que me lo digan a mi.
Desde entonces me paseo por el publico y cuando menos se lo esperan "los cazo" con la pregunta de no te importa que mencionabas antes. Una vez arriba, todo el respeto del mundo y todo el hacerlos sentir bien, pero no me arriesgare a que me vuelva a ocurrir aquello.
#105048 por Alkantara
09 Ago 2008, 23:25
¿Somos los magos buen público para otros magos? O mejor dicho, cuando por un azar en un espectáculo nos invitan a subir a escena, ¿estamos en condiciones de hacer un buen papel?
Por un lado, en la mayor parte de los casos conocemos vagamente la rutina y eso nos priva de la espontaneidad en la reacción; por otro, estamos con el temor de, con la mejor de las intenciones, hacer algo equivocado que pueda deslucir el efecto.
Hace unas semanas en una sesión de magia el mago pedía prestado un billete de 50 euros. Como después de algunos minutos nadie se ofrecía me brindé a ofrecer el billete solicitado. Lo que supuso la invitación para subir a escena. Podeis imaginar el resto. Me resultaba dificil fingir una reacción de sorpresa o temor cuando el billete es rasgado y las sucesivas etapas.

Un cordial saludo

Antonio "Alkantara" Zapatero
#105049 por Daroca
09 Ago 2008, 23:53
Entiendo, Carlos.

Puede que tengas razón y que estos pensamientos sean demasiado idílicos. Tamariz dice que el que no quiera salir puede indicarle con el dedo que no quiere, y aun con esa precaución saca un montón espectadores, porque tampoco es que todos vayan a ponerse con el dedito. Esa puede ser una opción que funcione y que a la vez dé un comodín al espectador que no quiera salir.

Y otra puede ser conseguir un espectador antes del espectáculo, o sea, hablar antes de salir con las primeras filas, preguntando: oye, tú querrías salir ahora después?, buscando alguien que quiera, que creo que uno se encontraría. Entonces, preguntar si alguien desea salir, mirando a esa persona. Como ya se ha comprometido contigo, sale. Cuando termina de ayudarnos, se pregunta, antes de enviarlo al sitio, a quién le gustaría salir a continuación. Si no levanta la mano nadie se continúa con la misma persona (como tú hiciste, Carlos). Si sale alguien, se le envía al sitio al anterior y ya se tiene otro para continuar con él si no sale nadie más. Es decir, con tener al primero asegurado, ya tenemos por lo menos un espectador asegurado para todo el espectáculo, y lo más seguro es que más gente. Porque una vez que uno ha roto el hielo y que todos han visto que lo tratas bien y que no pasa nada, ya es más fácil que quieran salir.

Todo esto son molestias, lo sé. Es mejor decir lo de "te importaría ayudarme? Venga, sí, mujer, ¡un fuerte aplauso para ella!", y a ver quién es la guapa que no sale con todo el mundo aplaudiendo. No va a pasar nada, pero tendremos un % de gente incómoda, sobre todo chicas, sabiendo que el ilusionista pesca gente de esa manera. Se puede pensar: "oye, pues si lo pasan mal, que no vayan a ver a un ilusionista. Si van, ya saben en dónde se meten", y es cierto, sé de algunas personas que así lo hacen, no ya por esto, sino porque no les gusta el descaro y las confianzas que a veces han visto, y les da repelús la magia.




:o Oye, qué bien este formato de foro. Le he dado a enviar y me dice que me espere, que Alkantara ha enviado otro mensaje mientras yo escribía, por si quería contestarle también a él. :grindance:


Hola, Alkantara. Yo creo que de todo habrá. Yo, como espectador, intento no ir de "espectador perfecto", porque puede sonar artificial y que la gente note algo raro. Así que me quedo paradito y obediente con todo lo que dice el ilusionista. Pero claro, entonces quedo muy soso. Ascanio contaba que cuando le sacó Denis Moroso, creo, después le felicitó por lo buen espectador que había sido y la forma de sacar el reloj recompuesto de la bolsa. Creo que se pueden encontrar malos y buenos espectadores, tanto en conocedores como en profanos. De todas las especies de espectadores, creo que las chicas y señoras profanas suelen quedar muy bien por su expresividad, o cualquier persona que en el transcurso de la actuación veamos que reacciona expresivamente pero sin intentar captar la atención hacia sí.
#105055 por Gustavo
10 Ago 2008, 10:00
Esta es la ventaja de hacer magia para niños, (alguna tenia que tener), si uno pide un espectador para que lo ayude tiene mil manos agitandose y veinticinco espontaneos que ya subieron al escenario. Yo creo que con público adulto hay que tratarlos bien , pero imponerse un poco para que resulte dificil decir que no, pues si uno acepta el no , el siguiente con quién lo intentes te dira que no clavado, y esta es una situación horrible pues se produce una cascada de nos hasta que uno termina dando pena ( cosa que no queremos para nada) Lo importante para mi es tener buen ojo para a quién elegir para ayudante,las reacciones del primero que uno saque van a ser fundamental, pues lo que pase con este decidirá lo que hagan después los demás. Si uno al primero lo hace pasar , no digo mal pues eso no hay que hacercelo pasar a ninguno, pero el juego elegido para realizar con el ,lo pone en situación de que el público se ria un poco de el, puede ser condicionante para que los demás participen luego o no. En dos palabras, si vas a hacer el juego con la silla que da calambre no lo hagas en el primero, dejalo para lo último, al primer espectador que salga hay que dejarlo como un rey, y a los siguientes también.
#105123 por rubiales
11 Ago 2008, 19:01
Esto es lo que ven algunos magos a la hora de actuar; butacas vacías.


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Yo creo que es una responsabilidad exclusiva del mago, la de hacer que los espectadores se sientan cómodos con lo que están viendo y noten que el Mago en cuestión es una persona afable, educada y moderada. Si los espectadores no ven un clima de cordialidad entre Mago y Público, se sentirán intranquilos en la misma hora que el Mago pida ayudantes, o al acabar cada juego. Y con esto no quiero decir, que sólo los Magos que usan el ridiculizar en forma alguna al ayudante van por el mal camino, sino también; aquellos que no tienen en cuenta a su público como parte principal de sus sesiones, o creen estar por encima de él.

Ningún espectador querrá aceptar salir a escena con nosotros, si somos de ese "tipo" de magos, a no ser que busque alguna forma de reconocimiento o atención sobre su persona o crea que “puede contigo” convirtiéndose en un ayudante peligroso. A estos podemos evitarlos eligiendo nosotros quien sale y quien no, nunca hay que sacar a uno que este deseando salir. Otro problema añadido al no elegir nosotros al espectador, es la perdida del ritmo de la sesión, un “vacío” mas largo de lo debido, estropea el ritmo y puede que por ello; el resto de la sesión.

Otra cosa que pienso (ojo todo esto son observaciones muy personales), es que no hay que abusar de los espectadores. Magia participativa, no tiene por que implicar ayudantes en escena. Los ayudantes pueden serlo a veces, desde su asiento, desde el pasillo del patio de butacas, etc… También, hay que cuidar de no sacar más ayudantes de los totalmente necesarios y a los necesarios, no tenerlos mas tiempo en escena; que el justo para el buen desarrollo del juego. En una sesión de 1 hora y media, saco a escena como mucho, a unos 4 o 5 espectadores. El resto participa en una u otra forma desde su asiento.

Por otro lado, a la hora de construir la sesión, tengo en cuenta entre otras muchas cosas; a mis futuros ayudantes. Para ello, mis primeros segundos en escena son en silencio y barriendo con la mirada el patio de butacas (que siempre tiene la luz de sala encendida para ver sus caras), y les sonrío. Esto, junto para otras muchas cosas, me viene bien a la hora de ver las expresiones de mis espectadores ante una situación ¿incomoda? Seguidamente hago mi primer juego; un Gag. Este, dura unos 3 minutos en los que aprovecho para seguir viendo las expresiones de mis espectadores (siempre mi primer juego es un Gag). Sigo con una rutina, de muchos efectos seguidos y visuales. (Aquí sigo observando sus expresiones) El tercer Juego, es un juego de desarrollo mas lento que los anteriores y en el que por primera vez pido la colaboración de un ayudante; ayudante al que he estado buscando y observando durante los primeros 8 o 9 minutos y ya se, o al menos intuyo, que es el idóneo. Aún así, no lo subo al escenario, sino que lo pongo de pie junto a su asiento o como mucho, frente al escenario; aunque sin subir a él, me ayuda para una pequeña cosilla, normalmente no es más que para decirme ¡alto! en una carta, mirarla y enseñarla. Una vez acabado el efecto, en lugar de mandarlo a su asiento, le pido que me acompañe a escena. Así mi primer ayudante tiene una subida menos tensa, pues aplaca algo los nervios abajo donde no es un foco tan fuerte de atención; así sube mas relajado. Una vez arriba me acompaña durante el primero de los juegos extensos que tengo en la sesión, unos 10 minutos.

A mi siguiente ayudante lo saco a la vez que me paseo entre ellos, o simplemente miro a uno, le sonrío y le hago un gesto con la cabeza para que suba a ayudarme, ni tan siquiera articulo palabra. Me gusta que cada espectador que salga a ayudarme, sea llamado de forma distinta a los anteriores. De esta forma individualizo y protagonizo (¿Protagonizo? Creo que invente una expresión) a la persona en cuestión, dando además una variedad más dentro de la sesión.

Siempre pido ayudantes adultos, pues estoy más cómodo con ellos. Aún así, para dar sitio a los mas pequeños, siempre llevo un “bloque infantil” dentro de mis sesiones, que además, me sirve para dar aún más variedad, pues así muestro como interactúo y me relaciono con los más pequeños de la casa. Encima, estos espectadores están siempre dispuestos y deseosos de salir como ayudantes a escena, una vez en ella disfrutan y hacen disfrutar al resto de espectadores contagiándoles su alegría, cosa que me ayuda en la tarea de hacer sentir bien, a todos aquellos que vayan a acompañarme durante la sesión en forma de ayudantes.


Estas son algunas de las pautas que utilizó en mis sesiones de cara a los ayudantes y que así, a vote pronto; me vienen a la cabeza.

¡Un abrazo Dameros!

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