Título del Tema

Siguiendo el impulso de PMVIVA, con su hilo sobre el lenguaje del cuerpo, abro éste otro que también me interesa muchísimo y que creo que es fundamental para nosotros.

He encontrado este libro, a ver que os parece. Tiene capítulos que nos pueden ser muy útiles:

http://www.eumed.net/libros/2007b/302/indice.htm


Si alguien tiene claros ya algunos consejos o pautas estudiadas respecto a cómo hablar, vocalizar, impostar, etc. podría escribirlas y así nos ahorramos camino.

Oye pues que buen aporte, te lo agradezco mucho era un tema que me interesa mucho y no encontraba material sobre el...voy a leerlo y desopues comentare su contenido con todos.
Muchas gracias
Un abrazo

Pues nada, Felipe, vamos a estudiarlo juntos.

Mi ídolo en voz ¿sabéis quién es?

Juan Tamariz.

Alguno dirá que hombre, claro, ya ha tenido que salir Juan Tamariz, que parece que tiene que ser a priori lo más de lo más en todo.

Pero es que es verdad, sólo por la voz ya es para ponerle en un pedestal, solamente por la voz. Poneos ahora, el que quiera, un vídeo del Youtube de Tamariz y cerrad los ojos, escuchando exclusivamente la voz, sin atender a lo que dice. Es una maravilla, es una voz que además de entenderse todo y ser sonoramente teatral, tiene una personalidad que cuando habla no puedes hacer otra cosa que callarte y escucharle. En eso me fijé ya cuando era pequeño y lo veía por la tele.

Otros a los que veo con voz clara, que llega y de mucha personalidad son Woody Aragón, Pablo Segóbriga, Miguel Ajo, Miguel Gómez, Camilo, etc... pero mi preferido e insuperable es Juan Tamariz, porque además cuenta con un magnetismo especial y una vocalización muy clara, y eso que no para de hacer bromas, quiebros y grititos.


Y lo que se podría pensar es ¿Qué personas famosas, fuera del mundo de la Magia, tienen una voz clara, personal y que dé gusto oirla?

Os dejo con "la música": Lawrence Olivier en Ricardo III de William Shakespeare, un actor que te hace amar el teatro y la lengua inglesa:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=thz2EUizC9Q[/youtube]

Y en lengua castellana, Fernando Fernán Gómez me encanta; es también una fuente IDEAL para inspirarse. Y en general, muchos actores de doblaje son sencillamente PERFECTOS.

Ampliando un poco la frase final del mensaje anterior, se me ha ocurrido estudiar para mi aprovechamiento personal (y quien quiera que también lo haga) a Fernando Fernán Gómez, MAESTRO DE LA VOZ, además de maestro de la interpretación. Hay quien lo conoce casi solamente por su famoso "A la mierda" que espetó a un reportero. Qué lastima.

No hay mucho en el Youtube, pero he encontrado lo que creía no iba a poder encontrar: ¡un monólogo! Está sacado de un homenaje que le hicieron en televisión o en los premios Goya, no sé. Es para caerse de espaldas por su dicción, su vocalización y su rotundidad sin ser artificioso o petulante.

La gracia es que es especialmente interesante para nosotros, ya que se trata de una exposición, un monólogo, no un diálogo teatral o cinematográfico, por lo que tiene más relación con lo que los ilusionistas hacemos. Pertenece a una serie que protagonizó, llamada EL PÍCARO, dedicada al arquetipo literario del pícaro español del siglo XVII. Es apabullante como habla este hombre; ¡es música pura!

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=lz0du5_GDdM[/youtube]


Ahora, la cuestión. ¿Hemos de conseguir ese maravilloso timbre de voz? Pues no, ni nos pegaría ni podemos, porque con eso se nace. Sin embargo, hay una serie de maneras de D. Fernando cuyo estudio nos puede servir muchísimo: la vocalización, las pausas, la proyección o impostación de la voz, la seguridad, la intensidad y los cambios en la misma, su amenidad y gracia en lo que podría ser un discurso monótono y aburrido... No hay que copiar a Fernando Fernán Gómez -sería ridículo, como copiar a un mago-, pero puede ser interesante escucharle una y otra vez para que se nos pegue inconscientemente la esencia; y luego, ya conscientemente, intentar llevar ese espíritu de buen y claro orador a nuestro timbre de voz personal.

Y ojo, sobre todo: NATURALIDAD. Si hablar bien, bonito y claro, nos va a costar el que nos quede raro y afectado, es mejor olvidarnos del tema y hablar como ya lo hacíamos. Hay que saber renunciar y no aplicar lo estudiado, si no se va a conseguir un buen resultado.

Otro aspecto me gustaría aprender es el de .

No sabía si incluirlo en este hilo sobre "hablar" o en el del "lenguaje corporal", pero he pensado que aunque es indudablemente lenguaje corporal, también es un elemento que nos interesa incorporar cuando hablamos, sobre todo.

La sonrisa del ilusionista o el presentador de televisión es un arte, porque la clave no es sonreír cuando hay una situación graciosa (que eso sabe hacerlo todo el mundo), ni sonreir cuando se dice Hola, o gracias, o encantado de conocerte (eso también nos sale a todos).

La gracia está en procurar que haya sonrisas en un discurso o una exposición en que no se dice ninguna cosa especialmente graciosa.

Creo que he identificado dos tipos de trucos:

1º) Si no hay frases graciosas o simpáticas, incluirlas a posta a fin de hacer salir nuestra sonrisa.

2º) LO MÁS DIFÍCIL: Incluir una serie de inflexiones en la voz o en el gesto, que hagan que la sonrisa aparezca como natural, a pesar de no haber dicho nada especialmente gracioso.

Esta segunda técnica la hace muy bien el maestro -galardonado en España y Portugal- Juan Luís Rubiales. Cuando hace Magia, como es natural de acuerdo a su humor desenfadado, regala al público sus gracias ingeniosas y ahí mete buena parte de sus sonrisas. Pero también hay un montón de veces que sonríe sin chistecito previo, por la propia inflexión de la frase, y eso es lo interesante, el arte de sonreír al que me refiero. Os invito a ver este vídeo suyo y apreciar estos detalles.

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=vt6LOvgoua4[/youtube]



Pero voy a terminar el mensaje con dos vídeos de una presentadora de televisión que es una auténtica MAESTRA DE LA SONRISA. Se trata de Carolina Ferre. Yo voy a pararme a estudiar cómo carámbanos consigue sacar constantemente esas sonrisas tan encantadoras, porque es que es cada dos por tres (y no siempre, porque si no quedaría demasiado raro). A veces, provoca intencionadamente situaciones o frases para introducir la sonrisa, pero otras veces, te la suelta sin que haya situación graciosa y le queda natural. Y todo es por el tono de la frase, que consigue que encaje estupendamente una sonrisa en determinados momentos sin gracia especial.

El peligro de este arte es que la gente se pregunte: "¿Este tío es tonto o qué le pasa? ¿Por qué sonríe ahora?" Eso es lo que tenemos que evitar. Sonreír, sí, pero que sea natural. Es un arte que, como lo dominemos, vamos a tener un 60% de la presentación mágica ganada ( ¿Exageración?...).

Aquí tenemos a la simpática Carolina en una entrevista informal y en una presentación de un concurso:

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=D5Sg9mmkRVQ&feature=related[/youtube]

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=sXHr9R_cnnk[/youtube]

Bueno, pues vamos ahora con un poco de teoría sobre uno de los recursos más interesantes cuando hablamos: . También haremos juntos un pequeño ejercicio, al final (el que quiera).

Esta clasificación es de STANISLAVSKI, el famoso creador del método que lleva su nombre para aprender el arte del Teatro. Es una especie de Ascanio del Teatro. No llega a ser lo que Arturo de Ascanio en la Magia, pero sí que asentó importantes conceptos y sobre todo dio nombre a otros que todo el mundo conocía pero sin saber cómo referirse a ellos.

Los tipos de PAUSAS son:

1º._PAUSA LÓGICA

Son las pausas necesarias para que se nos entienda cuando hablamos. Por ejemplo, las necesarias en cada coma, en cada punto, en cada punto y coma, en los dos puntos, etc. Todos nos acordamos de cuando íbamos a la escuela y todavía no sabíamos leer bien, que siempre había un compañero que leía todo seguido y no era cómodo escucharle; y el profesor le decía: ", Jaimito, párate en las comas".

(Y si no lo hacía, le enviaba una carta a su padre. De ahí nacieron las famosas "cartas de Comas", famosa casa barcelonesa de barajas paralela a Fournier).

2º._PAUSA PSICOLÓGICA

Son las también llamadas "Pausas valorativas". Son pausas que todos hacemos cuando queremos ENFATIZAR. No necesitamos pararnos, pero nos detenemos y estamos en silencio más de lo que se necesita, para "golpear" con nuestro silencio al oyente y que se fije en lo que acabamos de decir. Cuanto más larga es la pausa psicológica más "violencia" generamos y más enfatizamos el concepto anterior. En Magia, además de para enfatizar se utiliza para provocar suspense.

Ejemplo:

"Fíjate que has elegido la carta que has querido. Podrías haber elegido otra, pero has querido el tres de corazones. Pues si queréis que os diga la verdad, cada vez que hago esto me parece más imposible, porque lo que he escrito en la pizarrita es "Elegirás el tres de corazones"".

frente a

"Fíjate que has elegido la carta que has querido...................(Pausa psicológica de énfasis) Podrías haber elegido otra,...............(Pausa psicológica de énfasis) pero has querido el tres de corazones. (Pausa lógica)Pues si queréis que os diga la verdad, (Pausa lógica) cada vez que hago esto me parece más imposible, (Pausa lógica) porque aunque no lo creáis.............(Pausa psicológica de suspense), lo que he escrito en la pizarrita es.............(Pausa psicológica de suspense) "Elegirás el tres de corazones"".



3º._LUFTPAUSA

Esta es menos importante, es una pausa mínima y casi imperceptible que hacemos para separar las palabras entre sí. No nos interesa en Ilusionismo.






Marlon Brando, considerado por muchos el mejor actor del mundo.











Otro elemento es el y es un recurso dramático tan importante como las pausas. Consiste en subir la intensidad de la voz en determinados momentos así como ralentizar la dicción, y se puede acompañar con un gesto con las manos, la cabeza o incluso el cuerpo entero.

Ejemplo:

"Fíjate que has elegido la carta que has querido. Podrías haber elegido otra, pero has querido el tres de corazones. Pues si queréis que os diga la verdad, cada vez que hago esto me parece más imposible, porque aunque no lo creáis, lo que he escrito en la pizarrita es "Elegirás el tres de corazones""





Felipe González, MAESTRO DE LAS PAUSAS Y LOS ÉNFASIS.





Bien, pues como ejercicio, vamos a ver de nuevo la exposición de Fernando Fernán Gómez ya comentada anteriormente (se encuentra un par de mensajes más atrás), pero esta vez vamos a intentar clasificar las pausas en lógicas o en psicológicas. Aviso que no es fácil, porque es un actor tan expresivo que las pausas lógicas las hace bastante largas y casi se confunden con las psicológicas.

Después, nos lo pasamos de nuevo y detectamos los acentos o énfasis que encontremos.

Daroca nos has dado una conferencia, genial, fantastico como me gusta leer todo lo que escribes hay palabras que me hacen reflexionar.
Mil gracias
Yo acompañaria que todo lo que has dicho sale casi instantaneo y natural si disfrutas con lo que haces y lo tienes dominado técnicamente.
un abrazo
Fluss

Gracias, fluss, sí que es importantísimo, como bien dices, disfrutar de lo que haces y no estar tensionado por los titubeos.

Yo es que había parado ya porque no parecía que interesara mucho, aunque en realidad lo he ido escribiendo para aprenderlo yo mismo, que no tenía ni idea sobre el tema.

Por ejemplo, una conclusión final a la que he llegado después de todo esto, es que como mejor se aprende a proyectar la voz, a hacer pausas, entonaciones, énfasis, etc, es con una técnica que se puede ejercitar cinco minutos cada día. Y es:





Es decir, cojo un libro cualquiera. Por ejemplo, acabo de seleccionar el clásico "La prestidigitación al alcance de todos" del P. Ciuró. Lo he abierto por un juego en donde he visto que se reproducía la charla, concretamente en el titulado: "Tira de papel rota y recompuesta" (juego archiconocido y clásico donde los haya), en el que se transcribe la charla que copiaré ahora después.

Bien, pues yo ahora, como ejercicio diario, me encierro en mi habitación para que nadie se burle de mí por hablar solo y me pongo a recitarla en voz alta. PERO ESCUCHÁNDOME, intentando que mi voz suene bien, haciendo las pausas convenientes, los énfasis que yo considere oportunos, la entonación adecuada, e intentando incluso sonreír en los momentos donde pueda encajar alguna sonrisa sin que sea artificial.



Recito sólo lo que se supone que dice el mago, lo que está en negrita, no las explicaciones de por medio. Y no importa que ése no sea el estilo ni las palabras que nosotros utilizaríamos; es únicamente para entrenarse. (Esta charla que he escogido es de un libro antiguo, así que para la época actual resulta demasiado larga y redicha, pero da igual porque es para ensayar).



Y ojo, todos estos perfeccionamientos, repito una vez más que son peligrosos. Si por hacer esto, nuestra forma de hablar va a perder naturalidad, mejor nos quedamos como estábamos. Tenemos que ganar en claridad, pero si nos vemos afectados y pedantes -o un amigo sincero nos ve así-, casi mejor hablar sin que se nos entienda bien.

Es asombroso lo rápido que se avanza con este método de perfeccionamiento de la recitación, porque de nada nos va a servir conocer los puntos a tener en cuenta cuando hablamos, ya que cuando hacemos Magia estaremos demasiado ocupados en otras cosas como para pensar en ello. Todo tiene que fluir automáticamente, porque estemos ya superacostumbrados. A medida que vayamos acumulando "horas de vuelo" hablando bien en nuestros ejercicios caseros, intentando tener la claridad, las pausas, la entonación, la personalidad y la impostación de voz de un Fernando Fernán Gómez o un Lawrence Olivier (sin llegar a conseguirlo ni pretender tampoco imitarles exactamente, claro), así nuestra exposición mágica ganará en todos esos aspectos.



¿Vale la pena ejercitarse esos cinco minutos diarios? Yo apuesto a que sí. Porque creo que es uno de los mejores tiempos empleados en ensayo mágico, más que el que se dedica a recordar aquella técnica o aquella secuencia de movimientos con ritmo y distracción perfecta. Y quizá nosotros no lo notemos, porque vivimos en "otro mundo", en un monasterio mágico retirado de la realidad, pero el público lo va a notar, y especialmente el femenino, que se fija en estas cosas, mucho más que en si la carta elegida ha sido indiscutiblemente libre o podría caber algún tipo de forzaje disimulado, o si esa carta que revolotea en nuestros dedos es realmente una sola y no son dos.



Empecemos recitando esta misma charla, declamándola. Grabémosnos incluso, el que quiera. Creo que nuestra Magia va a mejorar mucho y a lo mejor sin que sepamos exactamente por qué.





Señoras y señores: He aquí una pequeña tira de papel de seda completamente normal, como ustedes pueden convencerse, examinándola.

Pues bien; les haré notar que si puedo tener algo en mis bolsillos, no tengo nada en mis manos, y que trabajo con las mangas arremangadas.
Esta tira de papel la rasgo en dos pedazos; y de un solo golpe (poniendo los trozos unos sobre otros) hago de ellos cuatro; después,., (dirigiéndote a una persona del público que, sin duda, cantará el resultado), ocho trozos. Muy bien, señor... Usted cuenta como lo haría Bareme él mismo. Ahora he aquí... dieciséis trozos. Gracias, señor... Newton en persona no contaría mejor ni más exacto... Entre paréntesis, me felicito de hallarme en una reunión de matemáticos tan distinguidos que sabrán, sin duda, apreciar todo el valor de este experimento de multiplicación o, si ustedes prefieren (rompiendo, por última vez) de división... He aquí treinta y dos trozos.

Podría continuar y dividir mi papel en 64, 128, 256 trozos, etc.; pero, además de que esto sería fastidioso, la reparación sería demasiado larga y difícil. Porque, señoras y señores, mi intención es no sólo hacerles ver cómo se rasga un papel de seda, lo cual está al alcance de casi todas las
inteligencias... No; mi intención es, al contrario, la de recomponerlo, de juntarlo delante de sus mismos ojos, y esto con menos tiempo del que he necesitado para reducirlo a pedacitos.


En efecto, hago una bola de estos trozos, los impregno de fluido magnético, y... termino con un poco de soplo mágico. El magnetismo ha producido su efecto, porque he aquí el papel de seda vuelto completamente a su estado primitivo.


Observen bien que no hay ni un solo trozo que no haya retomado su lugar y que, igual que antes, no tengo en mis manos más que la tira de papel de seda (la echas al aire, soplas para hacerla subir y, al recogerla, la dejas sobre la mesa).

iAh! Veo por allí un fulanito que quisiera saber cómo lo hago. ¡Vamos! Estamos hoy en la intimidad, ¿verdad? Trescientas personas, poco más o menos. ¿No lo contarán a nadie, verdad?

Pues bien; voy a revelarlo. Son necesarias dos tiras. Plieguen ustedes una de ellas... Pero, si en mi cajita tengo todavía una tira, no solamente lo explicaré, sino que les mostraré cómo lo hago yo. (Revuelves en la cajita como para buscar el papel que vas a enseñar; en
realidad, además de coger la tira plegada, dejas el falso pulgar con los trozos, y cargas tu pulgar del otro que contiene otra tira entera plegada.)

¡Qué suerte! Aquí hay una... La pliegan en
acordeón como ésta (la despliegas un poco solamente) la pliegan finalmente, en sentido contrario, y la colocan aquí... en la base del dedo pulgar. ¡Tengan cuidado, sobre todo, de no dejarla ver! Si sobresale de este lado, apriétenla un poco por aquí; si es por el otro lado que sale, por
allá se debe apretar... Ustedes me siguen bien, ¿verdad? Después, tomen otra tira de papel de seda (tomas la que antes has echado al aire) y la rompen con una charlita que tenga... chispa, como la que les he dado hace un momento (la rompes en pedazos).

Después, hacen una pelota de los trozos y los cambian lo más invisiblemente posible (cambio de los trozos por medio del
falso pulgar) con la que ustedes tienen aquí en la base del pulgar (simulacro de cambio), y triunfalmente despliegan la tira intacta, declarando, sencillamente, que acaban de recomponerla.

Pero, ¿y los trozos?, me dirán. ¿Qué hace usted de ellos?... Este es el punto delicado del experimento. Hay algunos que, con pretexto de afilar su bigote, se los tragan; esto es de un gusto mediocre. Otros los echan por el suelo; esto va muy bien cuando se hace la prestidigitacíón ante un
público de ciegos. Personalmente yo, temiendo la crisis... de papel, soplo sobre los trozos para recomponerlos, a fin de que puedan servirme la próxima vez... (Despliegas la tira que tenías en
la base del pulgar, y la echas al aire como la otra, soplando).

[El Gran Pantuni]

Yo espero Daroca que nuestros lectores no pasen este hilo por alto, ya que solo hablando podemos crear magia y de la buena.
Fluss, esto habra que ponerlo en notas no crees?

Fluss, es muy gratificante saber que te interesan estas reflexiones que me hago para aprender yo, y que comparto aquí.

Hoy acabo de descubrir una cosa. Es una tontería, pero que me ha hecho muchísima gracia y me ha alegrado el día. Cuando lo sepáis, creo que también os vais a reir vosotros. Se llama




Vamos a ver. En primer lugar, tengo que decir que estoy descubriendo que el recitar diariamente y en voz alta, páginas de libros o charlas de juegos, me ayuda, no sólo a la dicción cuando hago Magia, sino que es una forma de reafirmar la personalidad y vencer mi timidez e inseguridad personal. Creo que podría ser una ayuda también para otras personas. Se podría llamar PSICOLECTURA. El escucharte hablando con voz rotunda, proyectada, vocalizada y entonada, hace que cambie tu autoimagen, tu autoconcepto y puede mejorar la autoestima y las habilidades de relación social, junto con hacerte hablar con más soltura y seguridad en la vida cotidiana. No estoy muy seguro pero me permito recomendarlo a quien también tenga algún problema.



Bueno, pues de cara a ensayar charlas de juegos, he llegado a la conclusión de que hay que ensayar la charla, a la vez que las técnicas y todo el juego, sí, pero también independientemente. Y este ensayo independiente es lo que de verdad sirve para mejorar la comunicación del mago: cuando no nos vemos resguardados por una técnica que hacer, sino que nuestro trabajo es meramente comunicativo. Así que creo que es buena idea el ensayar la charla de nuestros juegos sin hacer nada, declamándola en un monólogo sin tener cartas en la mano, sino imaginándonos que realizamos la parte técnica, pero sin ejecutarla realmente.

Bueno. Pues existe un tiempo en que podemos hacer eso, un tiempo perdido que no aprovechamos.

¿Qué tiempo perdido sirve para perfeccionar técnicas cartomágicas o numismágicas? Mientras vemos la televisión, o mientras viajamos en algún vehículo de pasajeros, o mientras estudiamos y no tenemos ocupadas las manos. Eso ya lo sabíamos.

¿Pero hay un tiempo perdido durante el día que puede utilizarse para el ensayo de las charlas? Pues sí. Mientras andamos por la calle, si andamos solos. Ese tiempo se pierde, y estaría muy bien dedicarlo a recitar en voz alta las charlas, e incluso a sonreír en los momentos en que toque sonrisa.

"¡Pero entonces la gente te va a tomar por loco! ¿No te da vergüenza?"

_Jaja, pues sí, me da vergüenza. Pero hoy lo he hecho y no me ha dado ninguna. ¿Por qué? Pues porque se me ha ocurrido sacar el móvil y caminar con él pegado a la oreja como si estuviera hablando con alguien. Me he podido partir de risa al ver que estaba recitando charlas e incluso sonriendo en algún momento, y que las personas con que me cruzaba lo veían como lo más normal del mundo. ¡Es que ni siquiera te miran! Lo ven normal. Para ellas estás hablando con alguien, y es normal hasta que sonrías.

Obviamente, si tengo gente al lado, me callo, para que no oigan que lo que estoy diciendo a mi interlocutor es que puede comprobar que la baraja está bien mezclada y que resultaría imposible que yo supiera que cárta es la que acaba de elegir. Pero en cuanto veo un claro de gente, ya puedo continuar ensayando. Es más, cambio de acera o voy por sitios menos frecuentados para poder tener más claros.

Creo que puede ser útil también para estudiantes que tengan que recitar lecciones, y aprovechen así los tiempos muertos de andar por la calle, o incluso salir a la calle a cosa hecha a recitar las lecciones, porque así es más divertido y entretenido que recitarlas en una habitación de tu casa.

En fin, es otra tontería más de las que pongo, pero es posible que a alguna persona le sirva. Por lo menos a mí me está sirviendo, además de que me reído mucho por lo excéntrico y más raro que un perro verde, que soy. Jaja.

El tema es muy interesante Daroca!

Hace ya años que hice un curso de locución en radio y había una serie de ejercicios para mejorar la dicción, como leer en voz alta con un lapiz entre los dientes, leer en voz alta pero exagerando mucho los movimientos de la boca, y, como bien comentas, es primordial leer en voz alta!
Me gustaría volver al tema de la sonrisa ya que es absolutamente fundamental e imprescindible para cualquiera que tiene que hacer una locución de cualquier tipo (por supuesto tambien la charla de los juegos!)
No se trata de reirse (esto es importante) pero si de mantener una sonrisa, en la escuela de radio nos enseñaban que hay que sonreir todo el tiempo! incluso en la radio!! ya que esa sonrisa, digamos, se nota en tu voz. Digamos que se trata de una sonrisa casi imperceptible visualmente (aunque no del todo). Como ejemplo de la importancia os comento algo que decía uno de mis profesores, "puedes estar dando la noticia mas terrible que imagines que debes mantener la sonrisa incluso en la mas absoluta seriedad".
Si te fijas en los grandes profesionales de la radio y Tv puedes ver que siempre, siempre, sonrien.
Un ejercicio interesante para hacer es grabarte leyendo unos parrafos normalmente, simplemente los lees sin darle importancia y listo.
Después volver a grabarlo pero con la cabeza puesta en no parar de sonreir, los lees sonriendo todo el tiempo.
Si te fijas bien en las dos grabaciones comprobarás que es mucho mas agradable y fácil escuchar la segunda.
En la magia creo que es doblemente beneficiosa la utilización de este tipo de sonrisa ya que hace que des una imagen mas amable y tengas un tono en la charla mas agradable. Además digamos que preparas a la gente para que tambien sonría e incluso ria en los momentos de comedia intrinseca a la magia (cuando se rompe la lógica y el cerebro responde con esa risa espontanea). Digamos que un ambiente, premeditadamente sonriente, es un ambiente mas propicio para el humor (y la magia como decía antes, tiene un humor que es intrensico a ella misma, da igual que hagas presentaciones comicas o no)

A ver si encuentro los apuntes (que no se yo si seré capaz, ya que han pasado muchos años y unas 5 mudanzas! ¡Una de Madrid a Alicante! jeje)
y puedo aportar algo mas sobre este interesante tema, además recuerdo que teniamos unos cuantos ejercicios para mejorar la dicción y controlar mejor nuestras locuciones.

Un saludo!

Gracias, Chema. A ver si encuentras esos apuntes sobre cómo hablar en la radio, que se nos pueden relacionar muy directamente, como dices.










Haciendo prácticas en lectura de textos, me he encontrado algunos que son un poco difíciles de entonar. Son textos pensados quizá para ser leídos, no para ser declamados, y tienen frases bastante largas con muchas comas, oraciones subordinadas, etc. La lectura improvisada de estos textos es difícil, pues es muy normal encontrarte con que has hecho una subida o bajada en la entonación que te lleva a un callejón sin salida para terminar bien la oración. Y claro, tienes que volver a empezar rectificando la entonación.

Una ayuda importante para el lector en voz alta y en público, son las NOTAS TONALES. Creo que es una técnica que no se enseña mucho por ahí (al menos yo no lo he oído) y que si existe no creo que haya un convenio de signos universal, pero es algo utilísimo para el lector perfeccionista. Se trata de que al ensayar la lectura del texto, las conclusiones a las que uno llegue sobre cómo entonarlo, reflejarlas en ese texto con anotaciones a lápiz.

Por ejemplo, ¿dónde hacer las pausas? (pausas porque convengan al sentido del texto, a su énfasis dramático o simplemente para respirar). Pues en esos lugares donde decidamos que tiene que ir una pausa, anotemos a lápiz un signo de pausa. En música se usa a veces un apóstrofe ('); nosotros podemos tener nuestra colección particular de signos para indicar si la pausa debe ser más larga o más corta. (El que se acuerde de sus nociones de solfeo, puede usar los signos de silencio de corchea, negra o blanca, así le serán más familiares). Este tipo de notas de lectura podemos llamarlas como en solfeo: SILENCIOS.

¿Qué entonación emplear al finalizar cada oración o cada sintagma? Hay diferentes tipos de terminaciones, que podríamos clasificar en altas, medias y bajas, y dentro de cada tipo diferentes modos (no voy a describirlos porque cada cual tiene los suyos, y a poco que se ensaye leyendo textos, los encuentra). Pues establezcamos un signo para cada una y anotémoslo en el texto. Porque si tenemos que acordarnos de a qué conclusiones tonales llegamos en nuestro estudio, me parece un esfuerzo de memorización excesivo.



¿Y los énfasis? Creo que es lo más fácil de anotar. A mí me va bien subrayar la palabra o conjunto de ellas que debe ser enfatizado. Podemos llamar a estas notas: ACENTOS.

Y queda una cuestión más, que podríamos llamar MATICES. Serían los modos referentes a la velocidad (porque hay momentos en que conviene ir más rápido, otros más lento y otros marcadamente lento para crear suspense), otros para dar un tono irónico, o bien un tono cómico (ese recurso de la lectura en que parece que a la vez que se lee se está uno riendo), el tono de asombro,... Es decir, todo lo referente a la expresión.


Así pues, las notas de lectura serían de cuatro tipos básicamente: notas tonales, silencios, acentos y matices.

Con estas notas y con mucho ensayo, creo que es mucho más fácil abordar una lectura en voz alta o una exposición de memoria.














Este es quizá el tema más polémico de todos los que componen la técnica para hablar en público.

¿Hay que memorizar las charlas? ¿Es una opción válida o es un suicidio expresivo porque uno pierde la naturalidad y produce un efecto desagradable?

En primer lugar, hay un enemigo que creo que es necesario eliminar: el titubeo. Si el artista titubea hablando, si piensa demasiado lo que tiene que decir en el momento de actuar, suscita en el oyente una pobre impresión poco deseable.

Otro enemigo menos peligroso sería el "no decir todo lo que hay que decir", la escasez de explicaciones necesarias. Y digo que no es tan peligroso porque si ese espacio se llena con un efecto de Ilusionismo, aunque sea a lo mudo, puede seguir teniendo mucha fuerza, e incluso a veces más que si hay un fondo hablado. Esto lo recalca Gabi en sus conferencias, que hay veces en que si el protagonista es el objeto o la acción, el elemento de la palabra es recomendable que esté ausente para que se quede solo el elemento protagonista. También recordamos todos la fuerza que tienen los efectos de la película "El ilusionista", en la que eligen una presentación donde el ejecutante permanece callado largo rato mientras que la ilusión evoluciona y el público la comprende por lo que ve, no porque se le explica.



Bien. ¿Cómo eliminar estos dos enemigos: el titubeo y la falta de explicaciones necesarias (o a veces sosez)?

La solución está evidentemente en el ensayo, en tener claro lo que se quiere decir y en haberlo dicho muchas veces.

Pero ahora surge otra pregunta. ¿Se debe memorizar entonces la charla o bien tener clara su estructura, su esqueleto, y llenarla con nuestras palabras en el momento de la actuación?

Creo que son dos opciones y que a cada cuál le puede ir bien una diferente. Habrá personas que si memorizan será imposible o muy difícil que les salga natural la charla (con lo cual va ser peor el remedio que la enfermedad), y personas de poca fluidez verbal, lentitud de reflejos o timidez, que si tienen que expresarse con las palabras que acudan a su pensamiento en el momento de actuar, van a titubear y se van a deslucir por completo. Así pues, creo que ambas opciones son respetables; depende del artista del que estemos hablando.



El problema de la memorización está en el peligro de ser antinatural. Todos hemos escuchado al típico actor (sobre todo en las representaciones de los colegios, donde los actores son adolescentes) que SE NOTA FICTICIO AL HABLAR, QUE SE NOTA QUE ESTÁ SOLTANDO UN GUIÓN APRENDIDO. El efecto es pésimo.

Por esta causa, muchos rechazan las memorizaciones. Hay prestidigitadores conocidos a los que algunos critican el aprenderse las charlas de memoria porque quedan antinaturales, cuando quizá el problema no esté en que memoricen sino en que memoricen poco, que no hagan un análisis tonal y expresivo y lo memoricen también. Sin embargo, yo quiero romper una lanza por la opción de memorizar charlas. Si una charla se memoriza, no sólo en su texto, sino también en sus pausas y entonaciones, no tiene por qué sonar ficticia y aprendida.

Así que todo este discurso es para llegar a esta idea: que es muy respetable no memorizar charlas, pero que quede claro que la memorización de charlas es una opción válida, y que SE PUEDE EVITAR caer en ese "papagallismo" de decir las cosas como un lorito, que tan mal queda. Se puede evitar, y es lo que hacen los buenos actores -y los ilusionistas no tenemos por qué ser malos actores-.

El truco para conseguir esto es ENSAYAR LAS NOTAS DE LECTURA: notas tonales, silencios, acentos y matices -además del texto, por supuesto-.

Intervengo para señalar que estoy totalmente de acuerdo con Daroca en que las charlas deberían ser siempre memorizadas y ensayadas, no improvisadas. No puedo entender que se descuide tanto el que posiblemente sea el principal componente de la presentación.

Es cierto que a algunos magos se les nota demasiado que recitan la charla de memorieta, lo cual no causa precisamente buena impresión. Yo digo (lo he dicho ya en alguna otra parte) que prefiero mil veces a un mago al que se le nota que se ha preparado la charla que al que se le nota que no se la ha preparado.

Por desgracia, éste último caso es mucho más frecuente que el primero. En mi opinión personal, es la gran asignatura pendiente de los magos de nuestro entorno. El 90 % ( y puede que me quede corto) de las charlas que habitualmente escucho no me gustan, las encuentro muy descuidadas. Normalmente no "suspendo" a tantos magos por deficiencias en otros aspectos como la técnica, la construcción o la falta de ensayo.

El remedio ya ha sido apuntado por Daroca: Trabajar con charlas escritas y ensayarlas en voz alta con el mismo cuidado y cariño que prestamos a nuestros movimientos (técnica incluida).

Para terminar citaré a modo de ejemplo tres (y solamente tres) magos que, a mi entender, son también maestros en el arte de la palabra. Por orden alfabético: Anthony Blake, Alberto de Figueiredo y René Lavand.

Mágicos saludos.

Cierto, Juandi. Impresionantes las dramatizaciones de esos artistas que citas.











Quedaría una importante lección que a mí me interesaría especialmente aprender, que es la de que adquiramos esa naturalidad teatral que consigue, con un texto aprendido al pie de la letra, que éste parezca natural, pero a la vez que transmita. Esa comunicación y transmisión intensa de emociones es quizá la diferencia entre un monólogo en el cine y otro en el teatro, donde prima más en este último la proyección y la impostación de la voz y el procurar emociones en cada frase, no por lo que ocurre sino por cómo va ocurriendo, no a largo plazo sino a corto. Lo que se hace en el teatro está directamente relacionado con el monólogo de un ilusionista; es más, lo nuestro creo que no debería ser otra cosa que una actuación teatral, dentro de una especialidad muy particular.

Aquí tenemos quizá la filmación más celebrada en la historia de Televisión Española, por la calidad y el prestigio de todos sus actores: son probablemente los mejores de la historia del teatro español. Se trata de la representación de la obra: "Doce hombres sin piedad" de Reginald Rose, representada en escenarios de todo el mundo y llevada al cine en 1957 con Henry Fonda como protagonista. Presenta las deliberaciones de un jurado popular en un caso apasionante de asesinato, y toda la obra transcurre sin salir de una habitación.



¿Cómo podemos aprovecharla? Pues viéndola con detenimiento y fijándonos en cómo estos maestros manejan todos los recursos dramáticos que hemos comentado en mensajes anteriores: la vocalización, la entonación, la rotundidad en la voz, las pausas, los acentos o énfasis, los matices de asombro, ironía, suspense, jocosidad,... , la expresión facial, la gestualización, la naturalidad a pesar de recitar un texto aprendido al pie de la letra, y la transmisión de emociones.



Además, para el que no conozca esta obra, es posible que disfrute como probablemente hace mucho que no lo haya hecho con una película. Quizá no os lo creais, pero hacedme caso y "perder del tiempo" viéndola; vosotros juzgaréis después. Es realmente buena (pero buena de verdad, no bonita o interesante), y con estos actores míticos se eleva a la categoría de obra maestra absoluta. Como mínimo se sale de ella amando apasionadamente el Teatro, y con un poco de suerte, con potentes herramientas y enseñanzas para la dramatización de charlas de Ilusionismo.




Corte 1:





(Es recomendable abrir dos cada vez, y ver uno mientras se carga el otro, ya que Youtube va un poco lento últimamente. Los pongo como enlaces para no comerme demasiado espacio)
Corte 2: http://www.youtube.com/watch?v=Cy6NJD6u ... re=related
Corte 3: http://www.youtube.com/watch?v=TDIRfdJv ... re=related
Corte 4: http://www.youtube.com/watch?v=cIyilQ6M ... re=related
Corte 5: http://www.youtube.com/watch?v=k6sg5ks0 ... re=related
Corte 6: http://www.youtube.com/watch?v=KDvD85wW ... re=related
Corte 7: http://www.youtube.com/watch?v=0ke3auoa ... re=related
Corte 8: http://www.youtube.com/watch?v=SxWUdp5k ... re=related
Corte 9: http://www.youtube.com/watch?v=kisRpLfq ... re=related
Corte10: http://www.youtube.com/watch?v=kXVeltXN ... re=related
Corte 11: http://www.youtube.com/watch?v=b8cQWw7z ... re=related