Título del Tema

Voy a abrir tres hilos con nombres similares porque me parece que la idea lo necesita.
Se trata de analizar y concretar una idea que me parece muy interesante analizarla entre todas y todos, y es de Pit Hartling, de su libro Cartoficciones. La idea es la de los "desafíos provocados". Consiste en aprovechar los desafíos o retos que normalmente nos hacen desde el público cuando les hacemos un juego de magia. Por ejemplo, cuando cogen una carta de la baraja rápidamente y nos dicen "A ver si la adivinas ahora". La idea viene a ser cómo provocar que nos hagan esos desafíos para satisfacerlos, de modo que, según Hartling, consigamos dos cosas: 1. Descartamos la posibilidad de preparación previa (parece algo improvisado); 2. Damos impresión de poder hacer cualquier cosa. Y evita la mala impresión de que parezca que todo está demasiado preparado.
En esta sección quisiera analizar las bases teóricas de la idea, pues Pit Hartling indica que, conociendo las causas que provocan estos desafíos, podremos: 1. intentar evitar que surjan los que no podemos cumplir; 2. provocar que surjan los que tenemos preparados para satisfacerlos.
[En las secciones de mentalismo y cartomagia he abierto hilos respectivos para concretar esta idea en juegos de esos tipos:
Mentalismo: http://www.damainquieta.com/daivernon/f ... hp?t=10539
Cartomagia: http://www.damainquieta.com/daivernon/f ... 6663#86663 ].
Las causas que el autor menciona son:
Deseos: la gente quisiera que se pudieran cumplir sus deseos: que les toque la lotería, que desaparezca su suegra...
Simbolismo: esto es más difícil: viene a decir que hay cosas que provocan desafíos de modo más natural que otras. El ejemplo que pone es que, en el juego de los aros, es más fácil que te reten a que los desenlaces y no a que los enlaces, porque la situación de los aros enlazados es simbólicamente más dramática (exige una solución o "desenlace", nunca mejor dicho) que la de los aros desenlazados que es más "natural".
Afirmaciones falsas: consiste en afirmar cosas que provoquen un reto: el ejemplo es decir que se puede adivinar cualquier cosa de una carta, por ejemplo, su color y valor, para provocar que nos digan "¿Y también su palo?"
Énfasis: consiste en enfatizar algo para provocar otro reto: el ejemplo: la carta viajera que siempre viene a MI bolsillo (enfatizamos ese MI) para que alguien sugiera que aparezca en otro sitio (que previamente hemos preparado para que así sea: en el bolsillo de otra persona, por ejemplo).
Frases ambiguas y falsos malentendidos: el ejemplo: dices que la carta puede aparecer en CUALQUIER sitio pero luego señalas tu indumentaria, para que alguien rete a que sea en la indumentaria de otra persona.

A partir de aquí, la idea es teorizar sobre estas causas y añadir otras que pueden provocar también desafíos para desarrollar la idea de Hartling y aprovecharla entre todos del modo más eficiente.

Me parece maravilloso este tipo de hilos donde se comentan teorías de autores. Creo que tienen mucho más jugo que una pregunta o tema personal. Además, se aprende un montón. Muy buena idea, Andrés.

Respecto a esta teoría me encanta lo bien analizada que está, con todos esos casos clasificados. Pero personalmente me repelen este tipo de artimañas; creo que es maleducar al espectador. El espectador, para mí, debe estar educadito y formalito, respetando lo que es una actuación, sin fomentar el que saque su malicia para entonces darle en el cuello. Desde luego, vamos a conseguir un efecto mayor, sí. Pero no me gusta.

Creo que todos deben saber que se trata de Ilusionismo, y que después de hacer levitar una bola no se puede decir "pues ahora sal volando por la ventana tú ¿A que no lo haces, farsante?" o "Anda, listo, no desaparezcas tantas monedas y haz desaparecer esta que tengo en mi mano cerrada". Aunque podamos contratacar y consigamos un éxito atronador, no es el buen camino, no va por ahí este invento de la civilización que es el arte...Es mi opinión.

El público, educado y respetuoso; el ilusionista, más educado y respetuoso todavía; y el Ilusionismo, pues tiene truco, macho, es así la vida. Y el que no sepa verlo así, pues como el que quiere entrar descalzo en un teatro, un cine o un restaurante, se le advierte con mucha educación y profesionalidad, y al final no entra si no se calza.

Estoy de acuerdo con Daroca, el ulisionismo debe radicar en un "qué bonito ¿cómo...?" y no en un "a ver si..."

Cuando vemos una película y matan a un personaje nadie dice "en realidad no está muerto, es Robert De Niro y le he visto en otras pelis, verás, verás como sale en otra dentro de unos meses". Suena ridículo, ¿verdad?

Yo personalmente intento que, en mis actuaciones, las palabras de esos espectadores suenen igual.

Hola a todos:

Yo personalmente, estoy a favor de Andrés y de Daroca (aunque parezca imposible).

Una cosa es hablar sobre una actuación (profesional o no, pero preparada de antemano) en donde sí que creo que es conveniente que el público sea civilizado y a nadie se le ocurra interrumpir el espectáculo con comentarios del tipo <<¿a que no adivinas la carta que he cogido?>>.

Pero sería otra cosa si estuvieramos en casa con algunos amigos, surgiera el tema de la magia (quizá algún efecto en concreto) y estuviesemos preparados para una demostración. Puede ser que esté llevando este tema por otro camino pero creo que sería interesante repasar las reflexiones que en su día hizo Juan Tamariz en su revista Magia Potagia III. En ella habla de la magia impromtu y como con ella (bien planificada) se pueden llegar a realizar lo que él denomina MILAGROS LAICOS.

Por poner un ejemplo: Estás en casa de unos amigos y sabes que en la estantería hay un libro que rara vez lo leen. En un despiste introduces en la página X un 7 de picas. Al de un par de semanas, otra vez en casa de esos amigos, sale el tema y realizas un juego de cartas: fuerzas el 7 de picas de una baraja, la haces desaparecer y de alguna forma sugieres que puede estar en donde lo colocaste quince días atrás. ¡¡¡MENUDO EFECTO!!! Lo realizas una sola vez, pero seguro que nadie lo olvidará. ¡Y parece no estar preparado!

Son sólo reflexiones, ya que nunca he realizado una actuación preparada de magia y tampoco tengo el suficiente temple para realizar dicho milagros laicos. Aún así, espero que mis reflexiones sirvan de algo.

Bueno, primero aclarar que esa es una teoria de Tamariz y no de Pitt. Aunque bien es cierto, que Pitt la a desarrollado en su libro "CardFiccion"

Respecto a su uso, a mi me gusta mucho y no creo que sea algo para demostrar que nuestra magia es verdadera. Sino que mas bien, es un arma más con el que contamos los magos para luchar contra el "Toro" de la lógica que guia las cabezas de nuestros espectadores.


Imaginaos que hemos empezado a hacer la carta ambiciosa, y tras el primer pase un espectador nos dijera.., pero.., como se yo que no tienes cartas repetidas ¿Podrias identificarmela de alguna forma? Y tu vas y se la das a firmar y de esa forma le quitas esa idea de la cabeza y no sólo eso si no que tambien consigues que el juego suba varios enteros por su repetición a peticion del espectador, ahora el juego es mucho mas emocionante que si tu mismo te hubieses plantedo la pregunta como se hace normalmente en este juego.