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Tío eso es falta de confianza aún en nosotros mismo (bn veo que eres nuevo miembro cm yo y he deducido q tb en la magia)

A mi me pasa lo mismo. Sé algunos juegos ya y cd hago los que más efecto tienen se qedan callados y no sé si es pq se me ha visto o yo que sé, pero el corazón se me acelera tela marinera

Sabes pq creo yo, al menos en mi caso.

Mira yo no he empezao las cartas cn 14 ó 15 años ni diecisiete ni nada, si no con 25. Entonces mis amigos sabían mis hobbys y entre ellos no estaba la magia. De un día para otro empiezo cn la magia a tope y mes más tarde les hacía jueguecitos y ahora les hago algunos más avanzados, con respecto a mi nivel claro, y se quedan callados.

Yo creo que es pq les ha gustao bastante, y no sé lo esperaban, ya sabes que la magia gusta mucho.

Espero t haya servido de algo

Yo es que soy muy novato, aún

Tio muy bueno lo de la amiga de tu tío. Joper. Veo que si, q era un problemilla a tratar por otros expertos magos.


Saludos

Ese silencio se puede deber a varias causas, habría que ver a cuál o cuáles.
Puede ser que se trate de un público que normalmente no ve magia, y por lo tanto no sabe cómo actuar o qué tiene que hacer. En un escenario es distinto, después de cada juego la gente aplaude, y quien va por primera vez, pues hace lo que ve, pero en un corrillo más pequeño, no es así. Así que puede que sea eso, que tu público no sabe reaccionar después de un juego: no sabe qué toca hacer ahora.
Por otro lado, entre familiares y amigos son raros los aplausos: ¡no estás en un escenario! Lo más normal son los "¡Hala, qué chulo!", "Pero ¿cómo has hecho eso?", "A ver esa baraja", etc.
Pero también puede ser algo peor, y aquí más cuidado: FALTA DE CLARIDAD. Me explico. Si además de que la gente no está acostumbrada a ver magia, y la que ve suele ser mal hecha por aficionados que saben algún "truco", si además de eso, decía, nosotros no damos claridad a lo que hacemos, entonces también puede surgir ese silencio (y es preferible a otras cosas peores).
Puede que estemos cometiendo el error de no ser claros, por ejemplo:
Tenemos que dejar claro que lo que hacemos es magia, bien porque lo digamos al principio ("Vamos a hacer unos juegos de magia") o porque el efecto en sí lo deje claro (una desaparición, la moneda o chapa que atraviesa la botella...). Porque si no, el público puede desorientarse y al final no saber muy bien qué ha pasado exactamente. Si lo que hacemos no es claro, puede pasar que el público crea es una demostración de habilidad o una exhibición de algo curioso o gracioso, pero no mágico, y asombrarse menos al final por la confusión.
El efecto tiene que ser claro también: hay juegos que en sí o por la presentación pueden ser confusos, con lo cual son menos interesantes y hasta aburridos para el públicos, y pueden hacer que al acabar también se sientan confundidos y sin saber qué ha pasado exactamente (puede que ni sepan que el juego ya ha acabado). Por eso hay que hacer que el efecto sea lo más fuerte posible y muy claro: por eso no me gustan los juegos de sumar números, subir y bajar cartas, etc., porque confunden al público: al final no saben si lo que ha sucedido ha sido magia o que ha pasado simplemente lo que tenía que pasar después de subir y bajar tantas cartas y sumar y restar tantos números. Por la misma razón, tampoco me gustan los juegos en lo que se dan a elegir demasiadas cartas (y al final la gente no recuerda todas) o en los que el público tiene que recordar demasiadas cosas. Incluso juegos del tipo "agua y aceite" o "siguiendo al líder" pueden ser muy líosos y confusos para el público mal hechos (incluso bien hechos, son algo confusos de todas formas).
El juego no ha de ser aburrido ni demasiado largo para mantener la atención al máximo, si no, el público se despista y no se entera de lo que está pasando, y al final ni sabe que ya ha acabado todo (no perciben el climax final y no se asombran).
Que el efecto sea fuerte: lo he dicho pero insisto: hay juegos cuyo efecto es pobre (y lo peor es que a veces requieren demasiada técnica para tal efecto).
Que el "truco" no sea evidente, ni deducible (con o sin acierto): si el truco es evidente, para qué hablar más, pero en otras ocasiones puede ocurrir que el público crea haber adivinado el secreto, con lo cual se decepciona igual que si lo supiera realmente (y de nada sirve crear dudas a posteriori, el caso es que el juego no logró su objetivo cuando tenía que lograrlo. Por eso hay que cuidar que eso no ocurra: si la gente cree que la baraja estaba marcada o trucada, el asombro decae. Aquí me remito a la buena presentación y las pistas falsas a la hora de elaborar el juego y ponerlo en práctica.
Y por supuesto, que el juego esté bien estructurado, es decir, que cuando llegue el final se note que es el final, que nadie diga después: "Ah, pero ¿ya acabado?".

Teniendo lo anterior en cuenta, podemos evitar que el silencio signifique que el juego no ha gustado o no se ha entendido. La gente suele ser educada, y un silencio puede ser una forma de decir: "¿Ya está?", "Pues ¿qué ha pasado?", "Y ¿eso es todo?", "Y ¿tanto para eso?", o cosas peores.

Totalmente de acuerdo con Serdna. Muchas veces los magos presuponemos que los espectadores saben qué está pasando; o simplemente que como hemos hecho ese efecto muchas veces y nos lo sabemos tendemos a mecanizarlo demasiado, creemos que los espectadores saben de qué va la cosa y restamos claridad y presentación al efecto.

Paradójicamente el silencio como respuesta puede ser una gran señal si tu personaje y el tipo de presentación de tus efectos lo piden (mentalismo, misterio, etc...). Ver al respecto un pequeño ensayo en el libro "the unexpected visitor" de D. Brewer. Pero por lo que comentas seguramente buscabas una reacción de aplauso.

Asegúrate de que haces magia en un momento en que los espectadores estén receptivos para verla y haz siempre uno o dos juegos menos de los que les gustaría ver, para que tengan ganas de más y en un futuro quieran seguir viendo tus juegos. Haz juegos estructurados y muy claros, resalta condiciones iniciales y finales y sobre todo busca una buena presentación acorde con tu personaje.

salu2
Javi

Si bien puede deberse a varias otras causas, yo creo que lo más probable es que se deba al cambio de la situación creada: de "mago - espectadores" se ha pasado a "grupo" (no sé cómo llamarlo).

Quiero decir que los espectadores han estado observando a un mago, como protagonista de la situación. Cuando la actuación finaliza, la gente tarda en volver a la nueva situación: el mago ha pasado a ser uno de ellos. La ilusión se acabó. Hay que volver a la realidad.

Creo que se trata de un momentáneo desconcierto general producido por este cambio de situación.